15 ene 2017

Pasado criminal, futuros terroristas yihadistas; europeos y el nexo de terror del nuevo crimen.

Abstracto
La prevalencia de antecedentes penales entre los yihadistas de Europa es notable. Ya sea entre los 'combatientes extranjeros' que han viajado a Siria e Irak, o entre los implicados en el terrorismo en Europa, y su pasado criminal. Sin embargo, permanecen sin examinar. En este estudio presento un análisis empírico único de 79 yihadistas europeos con antecedentes penales, el examen de la relevancia de su pasado criminal en relación con los futuros terroristas. Los resultados se dividen en cuatro temas. En primer lugar, el yihadismo puede afectar el proceso de radicalización de un criminal de dos maneras: puede ofrecer la redención de los pecados del pasado, o se puede legitimar el crimen. En segundo lugar, las prisiones ofrecen un entorno para la radicalización y la creación de redes entre los delincuentes y extremistas. En tercer lugar, los delincuentes desarrollan habilidades que pueden ser útiles para ellos como extremistas, como el acceso a las armas y falsificación de documentos, así como la "habilidad" psicológica de la familiaridad con la violencia. Por último, de cuello blanco y los delitos menores se utilizan a menudo para financiar el extremismo. Las concepciones resultantes del desafío en la radicalización, pueden afectar a la respuesta contra el terrorismo.
Introducción
En la mañana del miércoles 31 de agosto de 2016, dos agentes de policía vestidos de paisano se acercaron a un narcotraficante sospechoso de Christiana, un distrito alternativo de estilo de vida en Copenhague, (Dinamarca). Sin previo aviso, el hombre abrió fuego contra la patrulla de policía con una pistola y escapó. Finalmente, fue rastreado y murió a causa de las heridas que recibió durante el tiroteo con la policía. Su nombre era Hodzic Mesa, de 25 años de edad, nacionalidad  Bosnio-Danesa, que era conocido por la policía como un traficante de drogas. Dos días más tarde, un portavoz yihadista de Estado Islámico (EI también conocido como IS, ISIS, ISIL o Daesh) se atribuyó la responsabilidad por las acciones de Hodzic, proclamando que él era un "soldado" del Califato. Resultó que Hodzic no era sólo un traficante de drogas prolífico, también era miembro de un grupo salafista que había expresado su simpatía por el Estado Islámico y aparecía en sus vídeos de propaganda. Al principio, esto parecía como una contradicción flagrante. ¿Al ser yihadistas no pretenden ser religiosos, y abstenerse de la venta de drogas y el crimen "ordinario"? Sin embargo, su caso demuestra cómo se han vuelto borrosas las líneas entre el crimen y el extremismo.  ¿Era un criminal, un terrorista, o ambos?
Mesa Hodzic no era un caso único. La Policía federal Alemana indicó que de los 669 combatientes extranjeros alemanes sobre los que habían información suficiente, dos tercios tenían antecedentes policiales antes de viajar a Siria, y un tercio de ellos tenían antecedentes penales. El Fiscal Federal de Bélgica dijo que aproximadamente la mitad de los yihadistas de su país tenía antecedentes penales antes de partir hacia Siria. Un informe de las Naciones Unidas sugiere un patrón similar entre los combatientes extranjeros franceses. Funcionarios de Noruega y los Países Bajos nos dijeron que "al menos el 60 por ciento 'de los yihadistas de sus países previamente habían estado involucrados en el crimen. Es por esta razón que Alain Grignard, el jefe de la Policía Federal Bruselas, al Estado Islámico lo describió como "una especie de super-banda".
Este fenómeno no es completamente nuevo. A mediados de la década de 1990, los periódicos franceses mencionan los operativos del Grupo Islámico Armado (GIA) como gángster 'terroristas' porque muchos de sus miembros argelinos, había participado anteriormente en las bandas locales. Del mismo modo, varios de los autores de los atentados contra trenes en Madrid en 2004 eran antiguos delincuentes, y financiaron su operación con la venta de drogas, entre otras fuentes de ingresos.
La fusión de terrorismo y la delincuencia, por tanto, no carece de precedentes. Sin embargo, podemos ofrecer estadísticas fiables por lo mucho que la proporción de 'gangsters' en los grupos terroristas puede haber aumentado. Sin embargo, parece claro que su papel se ha vuelto más pronunciado, más visible, y más relevante para las formas en que los grupos les gusta operar y enmarcar su mensaje. Además, creo que el nexo del crimen terrorista ha sido poco investigado, y que sus implicaciones políticas y prácticas no han sido comprendidos.
El propósito de este estudio no es cuantificar este nexo, es para describir su naturaleza y dinámica, y entender lo que significa para la amenaza terrorista, y las formas en que debe ser contrarrestado. ¿Cómo se facilita la criminalidad, radicalización y el reclutamiento? ¿Cuál es el papel de las prisiones? ¿Poseen los criminales habilidades que los hacen más eficaces como terroristas? ¿De qué manera la convergencia entre el crimen y el terrorismo afecta a la financiación de los ataques terroristas?
Para ayudar a responder a estas preguntas, un equipo internacional de investigadores ICSR compiló una base de datos que contiene los perfiles de los últimos 79 yihadistas europeos con pasado criminal. Por lo que sé, es la primera colección de datos que se centra en los criminales que se han convertido yihadistas en el período posterior a 2011. Mediante el análisis de sus vías, motivaciones y acciones, he sido capaz de establecer algunos factores clave que definen la dinámica y el nexo terrorismo-crimen en el contexto de la actual amenaza yihadista.
Mis conclusiones son claras. La convergencia de los ambientes criminales y terroristas (lo que llamo la nueva conexión entre la delincuencia-terror) es real, y tiene profundas implicaciones para formar a grupos yihadistas que operan en Europa. Por primera vez, existe la alineación completa entre un grupo como el Estado Islámico y los criminales que se sienten atraídos por su mensaje contra-cultural, núcleo de la redención por medio de la fuerza, el poder y la violencia. En lugar de las universidades o en los estudiantes religiosos, Estado islámico y / o sus sucesores cada vez encuentran más reclutas en 'guetos' europeos, en las cárceles, así como entre las"clases bajas" europeas y los que han participado con anterioridad en la violencia y actos ilegales. Los que se han convertido así, forman parte de la contra-cultura yihadista y puede aplicar sus habilidades criminales para fines terroristas. De hecho, muchas personas continúan su participación en un crimen, mientras son radicalizados. Esto, creo, nos debe obligar a volver a pensar en suposiciones de hace mucho tiempo sobre la radicalización y la forma en que debe ser contrarrestada.
Literatura
El concepto del nexo crimen y terrorismo no es nuevo. Surgió en la década de 1990 tras el colapso de la Unión Soviética y el nacimiento de la era de la información. En medio de la geopolítica y cambiantes alcances transnacionales recién descubiertos, los actores penales no estatales adaptan su modus operandi para lograr sus objetivos. Ya en la década de 1980, durante el auge de Pablo Escobar y los carteles de la droga colombianos, los estudiosos trataron de definir 'narcoterrorismo' y debatieron si representaba un verdadero caso de desdibujar las líneas criminales-terroristas. En años más recientes, el término "insurgencia criminal" ha sido utilizado para describir la forma en que las organizaciones criminales representan amenazas a la seguridad estratégica de los estados. Por otra parte, no es ningún secreto que los talibanes han gravado, organizado, promovido y protegido la producción de heroína de Afganistán; que Hezbolá ha invertido en la industria de narcóticos ilícitos de América del Sur desde la década de 1980; y que los grupos como el Ejército Republicano Irlandés (IRA) han estado involucrados en el contrabando de gasolina, cigarrillos y bienes de consumo de falsificación.
A pesar de estos avances, el concepto no sólo ha fracasado en ganar tracción significativa entre los especialistas, muchos lo han descartado por ser demasiado amplio. Entre sus principales deficiencias son las suposiciones de que grupos terroristas o criminales operan como entidades monolíticas, estructurados jerárquicamente, y que las motivaciones ideológicas y penales son mutuamente excluyentes.
En mi opinión, el nexo del crimen terrorista es un concepto útil, pero su naturaleza y la dinámica son diferentes de la forma en que tradicionalmente se ha concebido. Lo que he observado en el caso de los reclutamientos yihadistas en Europa no es la convergencia de organizaciones de delincuentes y terroristas, sino de sus redes sociales, entornos o ambientesEn otras palabras: en lugar de ser uno o lo otro, los grupos criminales y terroristas han llegado a contratar al mismo grupo de personas, la creación de sinergias (con frecuencia no deseadas) y solapamientos tienen consecuencias para los individuos radicalizados y su forma de operar. Esto es lo que llamo la nueva conexión entre la delincuencia-terror.
Base de datos
Para analizar este tema, un equipo internacional de investigadores ICSR compiló una base de datos que contiene los perfiles de los últimos 79 yihadistas europeos con pasado criminal. Por lo que sé, es la primera base de datos de este tipo. Si bien esto no es una encuesta representativa de yihadistas Europeos gángster, me ha proporcionado el material de partida para las diferentes dinámicas y desarrollos que siguen. Mediante el análisis de sus vías, motivaciones y acciones, he sido capaz de determinar algunas características que definen la conexión entre la delincuencia-terror en el contexto de la actual amenaza yihadista.
Esta base de datos sólo incluye a las personas que hayan: 1) Recorrido, o intentado viajar, a un "frente de batalla" extranjero como un combatiente extranjero yihadista y / o han estado involucrados en el terrorismo en Europa. 2) Poseer antecedentes criminales antes de su movilización o radicalización hacia el extremismo. 3) Haber sido reclutados como yihadistas en cualquier momento después del inicio de la todavía actual "ola" en el año 2011.
Muchos de estos datos se obtienen de fuentes abiertas, tales como artículos de periódicos, documentos profesionales, e informes gubernamentales. Obtener la aprobación ética de especialistas y a continuación realizar una serie de entrevistas con funcionarios, expertos y ex-agentes especializados en lucha contra el terrorismo, a fin de evaluar las consecuencias de los resultados, y muchas comprobaciones en las entradas de base de datos. Esto desveló que la información relativa al pasado criminal es a menudo desconocida, incompleta, clasificada, o reciente. Esto también permitió un control de sesgos periodísticos donde los "titulares" con pasados ​​criminales más notorios reciben la mayor atención. Para evitar algunos casos de distorsión de la imagen global, omito los individuos cuyas trayectorias que estimo son demasiado incompletas para permitir una evaluación sistemática.
Los perfiles han sido codificados de acuerdo con 30 variables que trato de capturar en tres aspectos o vía de un individuo: (1) información biográfica; (2) La participación en el yihadismo; (3) antecedentes penales.
Para evaluar los antecedentes penales de los individuos, los codifico por el tiempo pasado en prisión (así como el número de estancias); convicciones criminales; implicación con armas de fuego; tipos de delincuencia (mayor o menor), el tráfico de drogas, el tráfico de mujeres u órganos y la delincuencia de cuello blanco (por ejemplo, el robo de identidad o fraude financiero).
Estas categorías fueron lo suficientemente amplias como para mitigar las limitaciones de los datos, que a menudo nos permiten aún más sub-categorizarlas. Por ejemplo, en fuentes abiertas pueden revelar que un individuo estaba involucrado en las drogas, pero no revelan su función específica (usuario o distribuidor). Como resultado, era difícil de analizar la gama de la criminalidad dentro de categorías particulares. También a menudo no era posible reconstruir las fechas y plazos, lo que hace que sea imposible determinar si cesaron, continuaron, o se agravó su criminalidad mientras se radicalizaban en algunos casos.
Resultados
El perfil que emerge de la muestra no es uniforme, a pesar de que es posible discernir patrones. La mayoría de los individuos son masculinos y predominantemente jóvenes: la edad media (así como la mediana) fue de 25. La alta proporción de conversos (19-22 %) está en línea con las estimaciones de conversos entre los combatientes extranjeros yihadistas procedentes de la Unión Europea.
De los 79 individuos investigados de los distintos países Europeos, dos tercios (67 por ciento) habían viajado, o intentado viajar a Siria como combatientes extranjeros. Muchos de estos también figuraban entre el 38 % involucrado en parcelas domésticas. El 9 % fueron condenados por delitos relacionados con el terrorismo, después de haber viajado a una zona de conflicto yihadista o participado en una trama específica.
La intensidad de la criminalidad varía, criminales de "una sola vez", a los reincidentes, y "criminales de carrera" o permanentes. Teniendo en cuenta la edad de los participantes, es probable que muchos se situaron en el comienzo de sus carreras ''criminales". La gran mayoría son de bajo nivel, los delincuentes locales. Hay muy pocos que operan u operaban a nivel nacional o transnacional. Mientras que la mayoría eran en algún momento involucrados en delitos menores (68 %), la prevalencia de las historias violentas (65 %) es notable.
Las prisiones juegan un papel importante, con la mayoría de los individuos de la muestra (por lo menos el 57 %) de haber sido encarcelados en al menos una ocasión. En doce casos (15 % del total, o el 27 % de los que pasó tiempo en prisión), estoy seguro de que los individuos se abrazaron al yihadismo en prisión, aunque la mayoría de ellos continuaron (e intensificaron) su radicalización después de ser liberados. Notablemente, siete de esos individuos participaron posteriormente en parcelas domésticas, lo que significa que aquellos que se radicalizaron en la cárcel están sobre representados significativamente entre los implicados en el trazado interno.
Casi el 30 % de los individuos de la muestra tenía experiencia con armas de fuego, mientras que la mitad de ellos posteriormente se involucraron en el trazado interno. Por el contrario, "la delincuencia de cuello blanco" parece ser una cuestión marginal, con sólo un 6 % de involucrados en ello.
En las siguientes secciones, voy a examinar algunas de las dinámicas clave para los que se han encontrado pruebas en las base de datos: (1) el reclutamiento y la radicalización; (2) las prisiones; (3) destreza en transferencias; y (4) la financiación criminal.
Radicalización y captación
La reciente movilización de combatientes extranjeros para el conflicto en Siria ha sido extraordinaria: en los últimos cinco años, se estima que 5.000 europeos occidentales han viajado a Oriente Medio, uniéndose a grupos yihadistas como el Estado Islámico y Jabhat al-Nusra. Ningún otro conflicto que involucra a los yihadistas ha atraído a tantos extranjeros.
Ambos boxeadores "repatriados" y "partidarios de permanecer en el hogar" han jugado un papel importante en la reciente "ola" de ataques terroristas en toda Europa, y ambos grupos se compone de un número significativo de personas con pasado criminal. Una de las cuestiones más apremiantes, por lo tanto, es cómo pasados penales ​​contribuyen a los procesos de radicalización, es decir, las circunstancias personales, experiencias, relatos, redes y otros factores que explican la participación de un individuo en el extremismo y su movilización a participar en la violencia.
Los perfiles y las vías que emergen de la base de datos ofrecen algunas respuestas tentativas. Ellos sugieren que la narrativa yihadista es sorprendentemente bien alineada con las necesidades y deseos personales de los delincuentes, que puede ofrecer la "redención", y puede también otorgar licencias de criminalidad. Sólo hay evidencia esporádica, a los grupos yihadistas están llegando los criminales con una estrategia deliberada.
La Narrativa Redención
Recurrente entre los delincuentes, mostrado en la base de datos es lo que denomino la "redención narrativa". Estos criminales fueron lo que había experimentado Quintan Wiktorowicz denominado una "apertura cognitiva", un evento impactante o crisis personal que les impulsa a volver a evaluar su vida y se convierten abiertamente a un cambio radical de valores y comportamiento. En estos casos, se dieron cuenta de la necesidad de romper con su pasado criminal y compensar sus "pecados". Esto entonces proporcionó la justificación de su vuelta a la religión o conversión al Islam y justificó la implicación con grupos yihadistas.
Que buscaban la redención en el yihadismo en lugar de otras formas más convencionales de la religión o la espiritualidad, puede explicarse por la fuerte alineación de las necesidades y narrativas. En otras palabras: la participación en el yihadismo ofreció la redención de la delincuencia al tiempo que satisface las mismas necesidades y deseos que los llevaron a involucrarse personalmente en ella. Al igual que las bandas criminales de los que solían ser miembros, los grupos yihadistas ofrecen experiencias de poder, la violencia, la aventura, y les proporcionan una fuerte identidad, y - no menos importante - un sentido de rebelión y de ser anti-sistema. Esto hizo que el "salto" de la criminalidad con el terrorismo en pequeña escala que se percibe comúnmente -especialmente cuando se considera que, a diferencia de al-Qaeda, Estado Islámico no requiere prácticamente ningún conocimiento religioso o el aprendizaje-, y al menos en la fase de reclutamiento, se preocupa menos por las complejidades del discurso teológico. Para un criminal con una conciencia culpable, el yihadismo del Estado Islámico podría parecer como un ajuste perfecto.
Entre los ejemplos más destacados es Abderrozak Benarabe, conocido localmente como "Big A", un criminal desde hace mucho tiempo desde Copenhague que decidió convertirse al yihadismo después de que a su hermano le habían diagnosticado cáncer. Al explicar por qué se convirtió en un combatiente extranjero, se refirió de inmediato a su pasado criminal: "... algunas personas han muerto a causa de mis manos. Este es un gran problema cuando me encuentro con Dios ... No es lo suficientemente bueno simplemente orar con toda la mierda que he hecho ".
La legitimación del crimen
La narrativa yihadista puede ser una fuente de la redención, sino que también puede servir como legítima a la delincuencia. Esto no es nada nuevo. Anwar al-Awlaki, el clérigo radical influyente, dijo en repetidas ocasiones a sus seguidores que "robar a sus enemigos en el Dar al-Harb (tierras de guerra) está permitido, y, en ciertos casos, obligatorio. Esto tiene el potencial de ser enormemente eficaz, ya que ofrece una oportunidad para que los criminales obtengan su "redención" sin necesidad de ningún cambio de comportamiento.
El ejemplo más destacado es la red en torno a Khalid Zerkani. Nacido en Marruecos en 1973, Zerkani se trasladó a Bélgica siendo un adulto. Mientras que él había participado siendo joven en delitos menores y robos en tiendas, su mayor talento era como un reclutador del Estado islámico. Él animó a los jóvenes, en su mayoría con antecedentes de Marruecos, para cometer delitos menores y robos en Bruselas.  Esto se justifica por razones religiosas. En el juicio Zerkani testificó que aseguraba a los reclutas que "robar a los infieles está permitido por Allah". Los recursos fueron redistribuidos entre el grupo, lo que llevó al apodo de Papá Noel (Santa Claus) de Zerkani.
Antes de su detención en 2014, Zerkani se había convertido en una figura muy influyente dentro de la escena yihadista de Bruselas, siendo responsable de la movilización de hasta 72 combatientes extranjeros. Su protegido más infame fue Abdelhamid Abaaoud, un coordinador clave de la red que llevo a cabo los ataques con alto número de víctimas en París en noviembre de 2015 y Bruselas en marzo de 2016. Más que cualquier otro ejemplo, la forma en que operaron ilustra la idea existente del nuevo crimen: nexo de terror, porque produjo una fusión casi perfecta de los dos ambientes.
Reclutamiento
¿Quiere esto decir que los criminales están dirigidos y reclutados por extremistas deliberadamente? La evidencia de esto sigue siendo esporádica, la propaganda terrorista dirigida específicamente a criminales suele ser relativamente poco frecuente. Rayat al-Tawhid, un grupo de yihadistas británicos que se unió al Estado Islámico en 2014, es el único grupo yihadista que ha adoptado siempre esta táctica. El grupo utilizó el lema "a veces las personas con las peores pasados ​​crear el mejor futuro", junto al texto explicaba que "la yihad es una purificación" no importa quién eres o qué pecados que tienes, no se necesitan que sean buenas acciones  antes de venir. A pesar de estos intentos, no se sabe qué tan efectivos fueron, teniendo en cuenta que todos los aficionados al-Tawhid Rayat que conocemos fueron reclutados a través de las agrupaciones del mundo real.
Cuando se trata del acoplamiento de cara a cara, la muestra de investigación da ejemplos limitados más allá de la red Zerkani. El estudio de caso de Shiraz Tariq, líder del grupo danés Salafista Kaldet til Islam (Llamada al Islam), es indicativo. Escribía cartas a los miembros encarcelados de bandas de inmigrantes en Copenhague, apelando a sus conciencias culpables. En la página del grupo de Facebook publicitaba su alcance en las prisiones, escribiendo que los musulmanes en las cárceles "suelen salirse del camino, por lo que pensamos que podríamos escribirles cartas y recordarles a Allah. Tienen un mucho de tiempo para leer ".
En general, por lo tanto, los esfuerzos de los extremistas que se dirigen a los criminales - ya sea a través de la propaganda o por medio de la participación directa cara a cara - resultan limitados, y no hay ninguna evidencia en cuanto a qué tan exitoso ha habido tales enfoques. Esto sugiere que el alcance no es sistemático, pero el resultado de la fusión (en su mayoría no intencional) de los ambientes y narrativas penales y yihadistas. Tanto los criminales como los yihadistas son reclutados en el mismo medio demográfico y, a menudo en los mismos lugares.
Prisiones
Durante casi una década, las prisiones europeas han sido el centro de atención como lugares donde la radicalización extremista, el reclutamiento, y en algunos casos, la planificación de las operaciones han tenido lugar. Que las prisiones son lugares de encuentro importantes para las personas con pasado criminal es demasiado evidente. el 57 % (45 de 79 perfiles) de esta muestra había sido encarcelado por una variedad de delitos antes de su movilización, con penas que van de un mes a más de diez años. Más significativamente, al menos el 27 por ciento de los que pasó tiempo en prisión (12 de los 45 perfiles) se radicalizó allí, sin embargo - en la mayoría de los casos - el proceso continuó y se intensificó después de su liberación. Dado el reciente aumento de las detenciones y condenas relacionados con el terrorismo, y a la rápida expansión del número de terroristas detenidos y condenados, las prisiones pueden llegar a ser más - y no menos - significativas como centros de gravedad para el movimiento yihadista. Por extensión, las prisiones son también propensas a ser más relevante como lugares donde los criminales y terroristas se mezclan.
Los casos de esta base de datos ponen en relieve las diferentes maneras en que se materializan en las prisiones. En primer lugar, se trata de lugares de vulnerabilidad en la que los extremistas pueden encontrar un montón de 'jóvenes airados' con pasados ​​criminales que pueden experimentar aperturas cognitivas y son, por lo tanto, "vulnerables" para la radicalización y el reclutamiento de extremistas. En segundo lugar, las prisiones reúnen a los criminales y terroristas, y por lo tanto crear oportunidades de colaboración y transferencias de "capacidades''. Y, por último, a menudo las personas que han cumplido sus penas tienen pocas oportunidades de volver a reintegrarse en la sociedad y se convertirse en ciudadanos productivos, creando aún más oportunidades para continuar involucrados en el crimen y la radicalización.
Vulnerabilidad
Para muchos nuevos internos, el hecho mismo de la prisión es una crisis personal, que plantea profundas preguntas sobre su vida mientras que proporciona el tiempo suficiente para buscar el significado. Están separados de su familia inmediata, amigos y la sociedad en general, mientras que se encuentran en un entorno que es a menudo hostil, poco familiar y tribal en la naturaleza, con divisiones a lo largo de líneas étnicas o religiosas. Las prisiones son lugares en los que los nuevos internos son mental y físicamente vulnerables, y donde experimentan "aperturas cognitivas" la voluntad y el deseo de identificarse con nuevas ideas, creencias y grupos sociales.
Por la misma razón, los reclutadores yihadistas ver las cárceles como lugares de oportunidad. Los internos son vulnerables y experimentan aperturas cognitivas, y les hace receptivos a las ideas yihadistas, que también tienden a formar parte del grupo demográfico que los grupos yihadistas desean atraer: hombres jóvenes, de origen musulmán (pero rara vez se practica), que son impulsivos y dispuestos a asumir riesgos, y que ya han estado en conflicto con las autoridades establecidas. Lejos de ser un obstáculo, sus pasados ​​criminales les han desensibilizado a la violación de la ley y la violencia, y pueden, de hecho, les han proporcionado conocimientos útiles para una carrera terrorista. A partir de la perspectiva  yihadista, las prisiones son el perfecto 'caldo de cultivo'.
Una de las principales dificultades para las autoridades de la prisión es "detectar los signos" y distinguir entre la conversión religiosa (legitima) y la radicalización (potencialmente problemática). Esto especialmente es complicado dado que los signos externos pueden ser similares o -de hecho- son los mismos. Harry Sarfo, que se radicalizó en una cárcel de Alemana viajó a una zona controlada por el Estado Islámico en abril de 2015, es un ejemplo de esto. Su viaje hacia el extremismo se produjo en la cárcel, de la que dijo: "Recordando a Allah, la lectura de Corán y rezar Salah, me ayudó a pasar mi tiempo en prisión en Alemania. El tiempo en prisión como musulmán me acercó a mi creador ".
El propio relato de Sarfo de su radicalización en prisión hace hincapié en la importancia de la creencia, sin embargo, omite la socialización cara a cara con Ren é Marc Sepac, un yihadista alemán, que fue fundamental. Sepac le dio libros para leer creencias salafistas y se sentó con él todos los días, trabajando a través del material. "Los libros lo explican todo", Sarfo dijo a sus interrogadores de la policía: "Muy preciso y al grano .... Y pensé, ¡¡wow!!, yo no sabía nada de esto. No había tenido ningún conocimiento" (antes de la reunión con Sepac).
Sus acciones, una vez que había salido de la cárcel, subrayan aún más la importancia de la dinámica social: visitó regularmente una pequeña mezquita radical en Bremen, como parte de una camarilla que finalmente envió al menos 27 personas a Siria en 2014. Mientras que la prisión marcó el comienzo de su radicalización, es importante señalar que Sarfo requirió interacciones fuera de la prisión para solidificar el proceso.
Redes
A menos que los extremistas están completamente separados del resto de la población penal, que puede ser posible y conveniente, los entornos penitenciarios tienen el potencial para institucionalizar un nexo entre los terroristas y criminales. Esto es de mayor beneficio para los extremistas que para los criminales: no sólo consiguen el acceso a las oportunidades y objetivos potencialmente fructíferas para la radicalización, también pueden aprovechar las habilidades de los criminales y conexiones subterráneas, lo que facilita el acceso a los documentos falsificados, armas, dinero, bienes, o incluso casas francas o de seguridad. Más que en cualquier parte del mundo exterior, las prisiones son lugares en los ambientes delictivos y terroristas convergen.
El ejemplo más significativo es el de Chérif Kouachi y Amedy Coulibaly. La pareja se conoció por primera vez dentro de la prisión de Fleury-Mérogis cerca de París en 2007 y forjaron una amistad después de pasar siete meses en la misma ala. Coulibaly tenía un historial de robos a mano armada, y fue encarcelado por robo con violencia, y el uso de placas de matrícula falsas. Kouachi, por su parte, estaba en espera de juicio por un intento de 2005 de viajar a Irak para convertirse en un combatiente extranjero. La pareja -un "ordinario" criminal, el otro un extremista- junto a quien fue mentor Djamel Beghal (un reclutador de al-Qaeda) los radicalizó en la prisión. En otras palabras, la prisión permitió que se estableciera la red inicial, que culminó en Kouachi y Coulibaly coordinando los ataques de enero de 2015 París, matando a 17 personas.
A pesar de esto, tardaron más de ocho años después de su primer encuentro para involucrarse en la violencia terrorista. Mientras tanto, muchos otros eventos proseguían su radicalización: siguieron reuniéndose con Beghal de forma regular después de haber sido puestos en libertad; se involucraron en la fuga planificada de un preso yihadista en 2010; y Chérif Kouachi, junto con su hermano, viajó a Yemen en 2011, para recibir entrenamiento en un campamento dirigido por al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP).No hay duda, por tanto, que los acontecimientos después de su liberación eran tan cruciales como los anteriores.
Posteriores a la liberación
En todos los casos relevantes de esta muestra, los procesos de radicalización que empezaron durante las estancias en prisión no terminaron allí. En cuatro casos, los individuos habían sido "marcados" por la radicalización de las autoridades de la prisión, pero de alguna manera ni las agencias de inteligencia ni de la policía hicieron caso a realizar un seguimiento de estas advertencias.
Especialmente destacable es el caso de Omar el-Hussein, que estuvo implicado en los asesinatos en un centro cultural y una sinagoga en Copenhague en febrero de 2015. En su adolescencia, el-Hussein se unió a la banda en Brothas Mjølnerparken, Copenhague, y participó en robos, delitos menores, y trafico de drogas. En noviembre de 2013, apuñaló a un hombre en un ataque no provocado, por lo que fue condenado a una sentencia de dos años. En la prisión, él habló abiertamente de su deseo de luchar en Siria, lo que llevó a las autoridades a catalogarlo como potencialmente radicalizado. Según se informó en tres ocasiones, pero no se investigó ninguna de estas alertas.
Cuando el-Hussein fue liberado a finales de enero de 2015, le concedieron acceso a la libertad condicional debido a un tecnicismo (la acusación estaba apelando la sentencia mientras se encontraba técnicamente en libertad condicional). Se presentó en un centro municipal local de personas sin hogar y sin trabajo, pidiendo un lugar para alojarse y algo que hacer. No pudieron acceder a su petición, y le citaron a una nueva reunión para el 12 de febrero. En lugar de aparecer a su cita, llevó a cabo su ataque el 14 de febrero -sólo dos semanas después de haber sido puesto en libertad-.
La rápida radicalización de El-Hussein muestra lo potencialmente peligroso que puede llegar a ser la convergencia entre los antecedentes penales y la motivación yihadista. Las cárceles son el lugar donde los dos medios están en su punto más cercano, y donde todos los fenómenos y la dinámica social a la que hace referencia este estudio son los más propensos a manifestarse. Con el alto indice de terroristas y delincuentes encarcelados la radicalización en las carceles son un problema que puede llegar a ser más pronunciado.
Transferencias de habilidad
Uno de los aspectos más inquietantes de la nueva conexión entre la delincuencia, el terrorismo es la posibilidad de "habilidades" criminales para ser transferidos a los terroristas. De hecho, hay muchas habilidades posibles que un terrorista con un pasado criminal puede haber desarrollado, esta base de datos ilustra tres temas: en primer lugar, que los individuos con antecedentes penales tienden a tener un acceso más fácil a las armas; en segundo lugar, que muchos son adeptos a permanecer "bajo el radar", mientras planifican nuevos delitos; y tercero, que su experiencia y familiaridad con la violencia disminuye su umbral (psicológico) para involucrarse en actos terroristas.
Armas
Ya en 2013, el servicio de inteligencia Danés advirtió que la fuerte presencia de delincuentes entre los yihadistas Daneses daría lugar a la proliferación de armas de fuego entre ellos. Dos años más tarde, la advertencia se hizo realidad. Tras los disparos realizados por Omar el-Hussein, se dirigió a su barrio de Mjølnerparken y entrego el rifle M95 que había utilizado durante el primer ataque a un antiguo miembro y compañero de banda para su eliminación. Este rifle había sido robado durante un robo en casa en 2013. También se reunió con varios asociados ex pandilleros, uno de los cuales estaba en posesión de la misma munición que el-Hussein utilizó en el segundo ataque, por lo que es posible que se le había suministrado de nuevo con nueva munición. En pocas palabras: sin sus conexiones de bandas, el-Hussein le habría resultado mucho más difícil adquirir los medios con los que llevó a cabo sus ataques.
Lo mismo sucedió con Amedy Coulibaly. Al ver los informes de los medios que investigaron los ataques en enero de 2015, el traficante de armas que vendió a Coulibaly sus armas de forma preventiva se entregó a la policía y confesó el suministro a Coulibaly de metralletas Skorpion, un lanzador de granadas propulsadas por cohetes, y dos AK-47 que los hermanos Kouachi habían utilizado. Se calcula que tras los ataques yihadistas, finalmente, habrían conducido a la policía a él de todos modos. Si hubiera sabido las verdaderas intenciones de Coulibaly, podría haber sido más vacilante en el suministro de las armas.
El propio Estado Islámico ha reconocido el valor de sus operativos que aparecen como si fueran delincuentes "comunes". En la edición de julio 2015 Dar al-Islam, su revista en francés, el grupo aconsejó a sus operarios ocultar todos los signos externos de religiosidad en la adquisición de armas, y en su lugar, adoptar el aspecto de un delincuente común que está "en busca de realizar un robo con un arma". Este consejo ha demostrado ser innecesario, ya que muchos de sus partidarios -incluyendo el-Hussein y Coulibaly- realmente se adaptan a este perfil.
Permanecer "bajo el radar"
Además de la facilitación de armas de fuego, el acceso a las habilidades criminales hace que sea más fácil para los terroristas "permanecer bajo el radar ". Esto incluye, por ejemplo, el uso de documentos falsos y el acceso a pisos francos (o casas de seguridad), que permiten a los terroristas evadir a las autoridades, y por lo tanto aumentar la probabilidad de que un atentado se convierta en un ataque con éxito.
Lo que importa en este sentido no son habilidades específicas que los ex delincuentes pueden (o no) poseer ellos mismos, sino más bien, su acceso a redes (penales) a través del cuales estas herramientas se pueden adquirir. La producción de falsificaciones, por ejemplo, es difícil para los terroristas que puedan desarrollarse en esta empresa. De hecho, esta base de datos contiene sólo tres criminales que utilizan el robo de identidad antes de su radicalización. En cambio, es más probable que las redes terroristas suelan "externalizar" esta tarea a las personas que son expertas, y que generalmente se pueden encontrar en los medios criminales.
La red de París y Bruselas, que llevó a cabo ataques en noviembre de 2015 y de marzo de 2016, utiliza con frecuencia documentos falsificados a través de su planificación de ataque. Esto permitió que la red:. Transferencia electrónica de dinero, los viajes entre países, alquiler de coches, y -crucialmente- adquirir casas de seguridad. Por ejemplo, Khalid el-Bakraoui se forjo una identificación -adoptando el nombre de Ibrahim Maaroufi-. Alquiló un apartamento en Charleroi, que fue utilizado posteriormente por al menos dos de los atacantes de París, otro apartamento en Schaerbeek  -alquilado bajo el seudónimo Fernando Castillo- fue utilizado como una fábrica de bombas para la fabricación de los explosivos TATP y chalecos explosivos utilizados en los atentados de París.
En lugar de convertirse a sí mismos en falsificadores, los terroristas que ocasionaron los ataques en París y Bruselas utilizaron sus contactos en el medio criminal para llegar a los falsificadores que los traficantes utilizan. Esta es la forma en que se encontraron con Djamal Eddine Ouali, un argelino que dirigía una operación de falsificación en Bruselas. La dicotomía supuesta "ganancia vs. ideología", que se debate en la literatura académica, no era una barrera en este caso. No hay evidencia de que Ouali sabía de sus verdaderas intenciones, o estuviese interesado en ellos. En su lugar, es probable que aparecieron como clientes "ordinarios" de un medio criminal. Como dijo el investigador belga a cargo del caso de Ouali: "Él fue un falsificador de documentos profesionales cuyo principal objetivo era hacer tanto dinero como sea posible de su negocio".
La familiaridad con la violencia
Estas habilidades prácticas y logísticas se complementan con una "habilidad" más intangible: la de la familiaridad con la violencia. 65 por ciento de los individuos de esta base de datos estuvieron involucrados en el crimen violento. Entre los 30 individuos que participaron en el trazado interno, esta cifra se elevó a 80 por ciento.
Esto no quiere decir que los criminales necesariamente utilizan los mismos tipos de violencia que los terroristas: Los terroristas que utilizan un cuchillo no siempre se correlaciona con esa persona utilizando un cuchillo como herramienta penal. Lo que estoy sugiriendo es que el compromiso de rutina en la violencia como un criminal, puede disminuir el umbral (psicológico) para involucrarse en la violencia como terrorista. Para alguien que esté familiarizado con la violencia y se convierte en desensibilizado, el "salto" para cometer un acto de terrorismo puede ser más pequeño, y el proceso de radicalización, por lo tanto, es más rápido y menos complicado.
El argumento es difícil de justificar sobre la base de las trayectorias individuales, solo teniendo en cuenta todas las otras influencias potenciales que pueden haber causado a una persona a participar en el terrorismo. Sin embargo, esta base de datos muestra que el período de movilización -es decir, el tiempo entre unirse a un grupo yihadista y participar en la violencia- entre las 30 personas involucradas en el trazado interno a menudo era extraordinariamente corto, generalmente menos de cuatro meses o incluso algunos solo semanas. Por otra parte, mientras que no hubo uso "de igual a igual ", el uso de la violencia terrorista fue siempre más violento que el uso violento de una persona criminal. Estos hallazgos apoyan la idea de que la familiaridad con la violencia (criminal) produce que los terroristas sean más volátiles, así como más violentos.
El caso de Mohammed Merah -que mató a 7 personas, entre ellas tres niños judíos, cerca de su ciudad natal de Toulouse, en marzo de 2012- ilustra las historias a menudo extremas de violencia que encontramos entre los antiguos criminales en esta base de datos. Merah murió después de un enfrentamiento de 30 horas, durante la cual dijo a la policía que lamenta "no haber ocasionado más víctimas. Fue la culminación de una historia de vida caracterizada por la violencia rutinaria, que involucró a dos estancias en la cárcel, y 18 condenas por agresiones, robos y hurtos. En su adolescencia se detuvo a Merah al menos 15 veces por actos de violencia, y fue descrito como "un perfil violento desde la infancia con problemas de comportamiento". Esto continuaría hasta la edad adulta. En 2006 después de que su tío le pidió que dejara de hacer ruido con su Quad, Merah lo golpeó en la cara con un extintor de incendios. En 2010, dejó una adolescente ciega después de agredir a esta. Posteriormente Merah se había radicalizado y recibió entrenamiento terrorista en Waziristán en 2011, no fue necesario "persuadirle" de que el uso de la violencia podria justificarse.
Financiación
Del mismo modo que el pasado criminal facilita el acceso a las armas, ayudar a obtener documentos falsos, y conduce a la familiaridad con la violencia, no es de extrañar que también permite la financiación del terrorismo. exámenes empíricos sólidos de este fenómeno son sorprendentemente raros, aunque dos estudios recientes han empezado a catalogar la financiación de actividades yihadistas en Europa. Un informe de Magnus Normark y Magnus Ranstorp se centra en cómo los combatientes extranjeros europeos financian sus viajes a Siria. Se encontró que, además de los préstamos, donaciones privadas, fraude bancario y fraude comercial, coinciden en subrayar el papel de la pequeña delincuencia. El estudio de Emilie Oftedal examinó la financiación de 40 grupos yihadistas entre 1994 y 2013: a pesar de casi tres cuartas partes generaron al menos parte de sus ingresos de fuentes legales, muestra que la criminalidad ha desempeñado un papel importante, con casi el 40 % de los grupos financiados mediante productos del delictivos.
Se puede argumentar que la financiación a través del crimen será cada vez más importante. Mi argumento consiste en tres puntos de inter-relacionados. En primer lugar, la gran mayoría de los ataques terroristas en Europa no requieren grandes sumas de dinero. En segundo lugar, los yihadistas han fomentado el uso de la criminalidad "común" para recaudar fondos. En combinación con el gran número de yihadistas actuales con pasados ​​criminales, esto hace que la financiación de los ataques a través de la delincuencia no sólo es posible y habitual, siendo cada vez más, su primera opción. Por último, esta base de datos sugiere que los yihadistas siguen haciendo con lo que están familiarizados, y por lo tanto, la financiación del terrorismo por medios delictivos llegar a ser más importante que el número de yihadistas con pasado criminal que va en aumento.
Estrategia
Desde hace más de una década, los grupos yihadistas han animado a sus partidarios occidentales para autofinanciarse, y al mismo tiempo promover tipos de ataques que son baratos y fáciles de realizar. En la década de 2000, el estratega de Al-Qaeda, Abu Musab al-Suri proclamó la idea de la "yihad individual terrorista", con las personas y células pequeñas financiadas por su propio dinero y que operan "completa y totalmente separadas unas de otras" la revista Inspire de Al-Awlaki proporciona regularmente instrucciones de lo que la revista denomina "fuentes de lecturade la yihad" enseñanzas abiertas de cómo "construir una bomba en la cocina de tu madre ". El Estado islámico no es diferente: se ha promovido flexibilidad en sus redes, estructuras celulares y ataques 'low-cost' entre sus partidarios en el extranjero. Esto se refleja en el análisis de Oftedal, que encontró que el 90% de los ataques yihadistas en Europa, implican "un elemento" de autofinanciación, siendo más de la mitad autofinanciado. Grupos yihadistas están tratando de mantener las barreras financieras de entrega bajas, por lo que es posible para todos sus seguidores, no importa cuan pobres sean, lo importante es participar.
Esta estrategia funciona porque las actividades yihadistas en Europa no son caras. Convertirse en un combatiente extranjero requiere poco más que la compra de un billete de avión a Turquía. Una ametralladora AK-47 se puede adquirir por menos de 2.000€, y una pistola por mucho menos. Los costes de la compra de un cuchillo o alquilar un vehículo son insignificantes. El estudio de Oftedal encontró que tres cuartas partes de las atentados europeos entre 1994 y 2013 costaban menos de € 9.000. Incluso los ataques coordinados son relativamente baratos:. El Ministro de Finanzas de Francia declaró que los ataques de noviembre de 2015 en París fueron financiados por una "suma no superior a 30.000€". Estas son las cantidades que normalmente no requieren financiación externa o una operación de recaudación dedicada a fondos terroristas; las cantidades de dinero pueden ser adquiridos de los activos y los ahorros personales, fuentes legítimas como el trabajo o préstamos, o actividades delictivas en pequeña escala que los yihadistas con un pasado criminal utilizan habitualmente para hacer su vida.
Ideología
Para muchos aspirantes a terroristas, no sería necesario involucrarse en el crimen para pagarse el (relativamente modesto) coste de viajar a Turquía o la financiación de un ataque terrorista. Sin embargo, curiosamente, los grupos yihadistas suelen animar a sus seguidores a hacerlo.
Esto se relaciona con una doctrina ideológica que establece que el robo de los "incrédulos'' no sólo está permitido, si no que digna de elogio. El robo se equipara con ghanimah, que se traduce como "botín de guerra". Como se mencionó anteriormente, al-Awlaki justificó esta idea en su "Regla sobre desposeer a los infieles ", que anima el uso de la delincuencia en aras de la "yihad". Ya sea por medio de la fuerza o mediante el robo o el engaño. Se alzó tanto como para decir que vivir de ghanimah era preferible a la búsqueda de un salario regular, lo que implicaría el pago de impuestos a los "infieles" y financiar así sus guerras y opresión del mundo musulmán. Las acciones del Estado Islámico aplican esta doctrina, y lo han convertido en consejos prácticos contando con operativos para utilizar documentos falsos para obtener dinero en efectivo. Su revista en lengua francesa, Dar al-Islam, afirma: "Usted debe (si es posible) tratar de obtener documentos falsos, con el fin de obtener el botín fácil, como abrir una cuenta bancaria y el pago por cheque en sociedades con bajas restricciones". Lejos de considerar este tipo de delitos un pecado, algunos yihadistas animan activamente a la delincuencia.
Esta base de datos contiene ejemplos donde el crimen fue justificado explícitamente en términos religiosos. La más destacada es la red Zerkani cuya 'padrino', Khalid Zerkani, alentaba a jóvenes marroquíes para robar a "infieles" diciendo que hacerlo se le permite en aras de la 'yihad'. Reda Kriket, un "retornado" francés que fue detenido en marzo de el año 2016, mientras planificaba un ataque terrorista, estaba "viviendo de ghanimah" con el robo de joyas. Y otro francés, que planeó viajar a Siria y utilizó recibos falsos de pago para abrir cuentas bancarias, trató de explicar sus acciones al declarar: "Esos son los despojos de la guerra. Y es halal [permitido], que los utilice.
Continuidad
Una dificultad principal en la detección de la delincuencia como forma de financiación del terrorismo es que no se trate de un cambio de comportamiento, sino simplemente un propósito: las personas con pasados ​​criminales a menudo continúan con lo que estaban haciendo en sus vidas anteriores, exceptuando que las ganancias se utilizan para financiar ataques terroristas o viajes a Siria. Como resultado, puede ser difícil separar los fondos de dinero que se plantearon para el terrorismo o que se gasta para otros fines, a menudo totalmente mundanos.
Saïd Kouachi, por ejemplo, vende productos falsificados y recibió dinero de AQAP. No todo este dinero se destinó a la financiación del ataque Charlie Hebdo, pero parte de ello lo hizo. ¿Cómo es posible distinguir una de la otra? ¿Fue Kouachi, en su propia mente, quien separó los diferentes flujos de ingresos?
Amedy Coulibaly, por el contrario, vendía medicamentos sólo un mes antes de los ataques, además de la posición acreedora de las deudas por valor de 30.000€. En particular, él y su esposa crearon fondos a través de dos créditos de consumo: 6.000€ de Cofidis en diciembre de 2014, y de 27.000€ Financo en septiembre de 2014. El préstamo Financo se utilizó para comprar un coche, que luego fue intercambiado por las armas. Aunque Coulibaly proporcionó una genuina identificación para el préstamo de Cofidis, utilizó una nómina forjando la inclusión de un ingreso mensual de 2978€ en una compañía llamada Naxos. Esta es una táctica criminal bien establecida, y las sospechas, incluso una comprobación rápida podría haber sido planteada. Registros disponibles públicamente mostró que Naxos no tenía empleados, y que el número de teléfono no estaba en uso.
La convergencia de los ambientes criminales y terroristas, junto con la autofinanciación de los ataques, hace que sea difícil mantener las nociones tradicionales de la financiación del terrorismo. En lugar de centrarse en el terrorismo por sí solo, podría ser más útil, por lo tanto, deberían concentrarse en las personas, sus orígenes y antecedentes financieros. De hecho, los métodos de recaudación de fondos de muchos de los individuos de esta base de datos por lo general reflejan su pasado criminal. Si Kouachi hizo dinero con la venta de los productos falsificados, y todavía tenía las conexiones y capacidad para continuar este comercio, ¿por qué no hacer lo mismo para financiar sus ataques? Del mismo modo, un grupo de aspirantes a combatientes extranjeros de la ciudad alemana de Hamburgo percibían donaciones, complementadas por el robo de cobre de una obra de construcción en donde trabajaban. En todos estos casos, en el hilo conductor no había ninguna fuente particular de financiación, era la continuidad personal de sus delitos o estafas. Si yihadistas de hoy son antiguos criminales, no debemos, por lo tanto, sorprendernos si utilizan sus "habilidades" y productos del delictivos para financiar su 'yihad'.
Conclusión
La convergencia de los ambientes criminales y terroristas es la nueva conexión entre la delincuencia-terror, que es real, y tiene profundas implicaciones para formar grupos yihadistas en operan en Europa. Por primera vez, existe la alineación completa entre un grupo como Estado islámico y las personas que se sienten atraídos por su mensaje central contracultural de la redención a través de la fuerza, el poder y la violencia. En lugar de en las universidades o en los estudiantes religiosos, el Estado Islámico encuentra cada vez más reclutas en "guetos" europeos, en las cárceles, así como entre "clases bajas" europeas y los que antes han participado en la violencia y otros actos ilegales. Los que es convertido en parte de la contra-cultura yihadista para utilizar sus habilidades criminales con fines terroristas, eludiendo la supuesta "ganancia vs. ideología" dicotomía.
Como consecuencia, el terrorismo y la delincuencia coincide, y lo extraen de la existencia de guetos y de una "subclase musulmana" de las grandes ciudades europeas. La lucha contra el terrorismo, por lo tanto, tiene que abordar este aspecto social del problema. Sin embargo, también debe prestarse más atención a las prisiones y a la lucha contra la pequeña delincuencia y la organizada (así como a las personas participantes en ella). Implicándose aún más las instituciones -por ejemplo, la separación entre la lucha contra el delito y la lucha contra el terrorismo, o entre la lucha contra el terrorismo y la policía "criminal", aduanas, y otras agencias- es necesario informar y coordinarse entre ellos. También puede haber un caso para una mayor colaboración entre las agencias de seguridad y las autoridades locales, así como el sector privado, por ejemplo, en las asociaciones público-privadas.

No menos importante, muchas suposiciones sobre la radicalización necesitan ser reconsideradas, por ejemplo, una persona piadosa no es probable que sea también un criminal o que alguien que actúa como un "gangster" puede estar implicado en el terrorismo. Con la fusión de ambientes criminales y el terrorismo, la lucha contra la delincuencia se ha convertido en gran medida en un serio problema de seguridad nacional.

13 ago 2016

ANÁLISTA DE INTELIGENCIA: TÉCNICAS DE ANÁLISIS Y FUENTES DE ERROR. UNA APROXIMACIÓN DESDE LA TEORÍA ARGUMENTATIVA

Resumen: Tradicionalmente se ha entendido que la principal función del razonamiento humano es procesar y valorar información a partir de las percepciones y el conocimiento previo; mejorar la cognición individual o gestionar lo nuevo y anticipar el futuro. Sin embargo, recientes estudios apuntan a que el razonamiento habría evolucionado y se habría adaptado para la argumentación y su principal función sería discutir; ganar el debate; imponer las propias ideas; y justificar acciones pasadas, con independencia de que la conclusión alcanzada durante la argumentación sea lógica o correcta. En este trabajo se plantean explicaciones a los sesgos cognitivos que influyen en el analista de Inteligencia desde estas recientes teorías y se proponen posibles remedios y técnicas para utilizarlos a favor de un mejor análisis. También se insiste en la importancia de la intuición.

Introducción
Sin perjuicio de que en los sucesivos apartados de este trabajo se abunde al respecto, se partirá de que la “Inteligencia”, entendida como información procesada incluso con ayuda de medios informáticos que asisten al análisis, es dependiente del razonamiento humano, que es lo que tradicionalmente se ha considerado que permite a las personas sobreponerse a simples percepciones, hábitos, instintos, intuiciones y prejuicios; elaborar juicios críticos; y proyectar a futuro.
Este mecanismo, el razonamiento, es un rasgo tan fruto de la evolución humana como nuestros pies o nuestras manos: tiene una función[1] principal y otras más secundarias, adaptaciones que suponen una ventaja evolutiva frente a individuos de la misma y distintas especies. Del mismo modo en que los pies nos sirven para correr, aunque su función principal es mantenernos erguidos para andar, o las manos cerradas como un puño para golpear, aunque su misión sea coger objetos, el razonamiento también tiene una función principal biológica.
Tradicionalmente se ha entendido que la principal función del razonamiento humano es procesar y valorar información a partir de las percepciones y el conocimiento previo; mejorar la cognición individual o gestionar lo nuevo y anticipar el futuro.
En efecto, nuestros mecanismos mentales son eminentemente empíricos. El ser humano tiene una tendencia natural a buscar nexos causales; unir (no siempre de forma correcta) causas y efectos y acciones con reacciones, como modo de explicar lo que ocurre a su alrededor; aprender; dar explicación a los fenómenos que percibe para, dentro de lo posible, preverlos; dominarlos; evitarlos; o provocarlos. En definitiva, para controlar; eliminar la incertidumbre; manipular su entorno; y principalmente asegurarse la supervivencia.
Sin embargo, recientes estudios apuntan en otra dirección: el razonamiento habría evolucionado y se habría adaptado para la argumentación y su principal función sería discutir; ganar el debate; imponer las propias ideas; y justificar acciones pasadas, con independencia de que la conclusión alcanzada durante la argumentación sea lógica o correcta (Mercier & Sperber, 2011).
Como sea que el razonamiento así visto tendría fines sociales y como objetivo convencer, incluso a uno mismo, el fallo (que a nuestros efectos será alcanzar mediante el razonamiento una conclusión falsa) es, además de posible, muy probable e incluso provocado. Por tanto, el error, alcanzar una conclusión equivocada, es inherente al razonamiento humano y consecuentemente al análisis.
La existencia del error no es nueva. Con independencia de qué teoría del razonamiento resulte más atractiva, siempre ha estado presente en el discurrir humano y, por tanto, en el análisis. Sin embargo, la depuración de estos errores podría exigir mecanismos diferentes atendiendo a qué los causa y a la función biológica del razonamiento.
Así, podría resultar tentador, para depurar fallos en el análisis, eliminar el componente humano y confiarlo a medios de lógica infalible. Más allá de lo sugestiva o aterradora que esta posibilidad pueda parecer a primera vista, hoy por hoy, se antoja ciencia ficción atendiendo al estado actual de la Inteligencia artificial, aunque el futuro dirá.
Tampoco parece adecuado eliminar del análisis algo que nos es tan propio como la intuición, que nos permite tomar decisiones rápidamente y con razonable éxito (tanto que es un atributo humano sostenido en nuestro proceso evolutivo) cuando la información disponible de forma consciente resulta limitada o insuficiente y que además es, como se verá, base del razonamiento consciente.
Por otro lado, asumir y aceptar que el análisis está abocado al error en un porcentaje muy significativo de ocasiones puede redundar en un mejor análisis: se elimina el miedo a la equivocación y se potencia la creatividad y el pensamiento lateral. Obviamente también se crea espacio para ideas audaces, inusuales, excéntricas o incluso estrafalarias que, en ocasiones, pueden ser acertadas y cuyo origen puede resultar muy revelador.
En esta tesitura, ¿cómo puede mejorarse el análisis? Perfeccionando el aspecto lógico y añadiendo objetividad al razonamiento, pero sin privarlo de intuición; o, dado que el razonamiento es tan causa del fallo como la intuición desbocada, mejorando y potenciando ésta.
El propósito de este trabajo es explicar de manera alternativa el origen de los sesgos, fallos y esquemas mentales que vician el análisis y ofrecer perspectivas para desarrollar métodos y técnicas que permitan mejorarlo, todo ello a la luz de la recientemente propuesta función argumentativa del razonamiento.

El análisis de Inteligencia como razonamiento
Como más adelante se desarrollará, por “razonar” se entiende aquella actividad intelectual consciente por la que se infiere una representación mental o conclusión partiendo de representaciones o premisas previas rescatadas también conscientemente, de manera que las premisas son razones para aceptar o sostener la conclusión alcanzada.
En general, se acepta que la conclusión se obtiene mediante (i) deducción, cuando la conclusión se infiere de las premisas, de manera que aquella será cierta siempre que las premisas también lo sean; (ii) inducción, cuando de premisas ciertas sobre particulares se alcanzan conclusiones generales que sólo pueden ser probables en tanto el razonamiento inductivo incorpora información ajena a las premisas; y (iii) analogía, cuando se obtiene una conclusión a partir de premisas con las que se establece una semejanza entre elementos o conjuntos de elementos distintos.
Por otro lado, comúnmente se entiende por “análisis” la actividad intelectual minuciosa dirigida a conocer las características, cualidades o estado de algo y extraer conclusiones. En particular, de las múltiples definiciones de “análisis de Inteligencia” ofrecidas por los autores puede concluirse que se trata de una actividad intelectual y no mecánica destinada a interpretar información más allá de los hechos aparentes, a la luz de la experiencia y mediante distintas herramientas, para exponerla de una forma clara y convincente al que la solicita (Lowenthal, 2013).
Para Johnston (2003) “el análisis de Inteligencia es el proceso socio-cognitivo por el cual una cuestión compleja se reduce a una serie de cuestiones más simples mediante ciertos métodos”, asemejándose a la resolución de problemas.
Así, parece pacífico que todo análisis es un proceso mental (Heuer, 1999) que varía de persona a persona (Johnston, 2003) y que se asienta sobre el razonamiento, que “es el núcleo principal de los procesos de pensamiento (análisis y síntesis)” (Sáiz, 2010) de manera que:
Cuando se manipula o procesa información se están resolviendo problemas complejos mediante procesos cognitivos que implican el pensamiento y, más específicamente, a la actividad del razonamiento (p. 214)
Lo expuesto anteriormente queda perfectamente integrado en la definición de “análisis” contenida en el Glosario de Inteligencia del Ministerio de Defensa español:
Análisis (i.: analysis; f.: analyse). Tercera actividad de la fase de producción del ciclo de Inteligencia, posterior a la evaluación y a la integración y anterior a la interpretación. Consiste en un examen sistemático de la información disponible mediante el establecimiento de relaciones e inferencias, con objeto de identificar los hechos y los elementos más significativos de un fenómeno o una situación. Se ocupa de describir los caracteres y despejar la complejidad del objeto de investigación. Su fin es producir conocimiento preparando el material de tal modo que permita realizar una comprensión del estado de la realidad observada y avanzar un pronóstico sobre su evolución durante la posterior actividad de interpretación.
El análisis que realizan los servicios de Inteligencia participa de los rasgos propios del análisis científico y hace uso de las mismas técnicas y recursos epistemológicos. El análisis emplea, por igual, procesos de razonamientos deductivos e inductivos; elabora diagramas, esquemas y mapas de conceptos; establece y valida o desestima hipótesis; mide el grado de asociación entre conjuntos de datos y variables mediante técnicas de correlación y regresión; construye escenarios; recurre a modelos teóricos y matemáticos; utiliza herramientas informáticas como programas estadísticos o de minería de información…
En definitiva, el análisis es razonamiento porque supone un ejercicio mental mediante el que, partiendo de premisas, se extraen conclusiones para la toma de decisiones. Precisamente por ese componente de actividad intelectual que el análisis conlleva (el razonamiento) una de las principales fuentes de error son los esquemas mentales, modelos mentales y tendencias o sesgos cognitivos del analista; y la imposición de conclusiones razonadas a otras alcanzadas de forma intuitiva, esto es: mediante un razonamiento holístico inconsciente.

Los errores típicos con origen en el analista
Como en cualquier otra actividad humana, los errores en el análisis de Inteligencia pueden tener múltiples causas, algunas subjetivas y otras externas al analista.
Estas últimas están relacionadas principalmente con fallos en las distintas fases del ciclo de Inteligencia como, por ejemplo: una defectuosa planificación de las necesidades del receptor; una deficiente dirección de los recursos disponibles; una mala obtención de información en bruto; su incorrecto procesamiento y clasificación; o simples descuidos y extravíos, entre otros. Cualquier vicio nacido durante estos pasos previos al análisis supondrá un lastre que condicionará su resultado final.
No obstante lo anterior, a los efectos de este trabajo interesan sólo aquellos errores en el análisis que provienen del proceso mental del analista y que son propios de la actividad intelectual humana.
Como ya se ha dicho, el análisis es una actividad puramente intelectual que incluye manipular, discriminar e integrar información y todo ello con una herramienta, la mente, plagada de sesgos y tendencias propias del ser humano y particulares de la persona concreta. Estos esquemas, modelos y tendencias mentales son prácticamente ineludibles y suponen un peligro para el análisis (Odom, 2008) ya que pueden condicionar su resultado.
Los errores más frecuentes en la evaluación de la información se producen por los siguientes sesgos o tendencias mentales comunes (Heuer, 1999; Jordán, 2014; Manzano, 2010; Sáiz, 2010): (i) la información transmitida personalmente, de emisor a receptor, o vivida en primera persona tiene más impacto y mayor grado de confiabilidad que aquella que se traslada por otros medios, aunque tenga más valor empírico; (ii) los informes, cuando contienen datos numéricos y están más elaborados, gozan de mayor credibilidad; (iii) se da más importancia a lo conocido, aunque sea escaso, que a lo desconocido, aun cuando sea determinante. Nos cuesta detectar la falta de evidencia; (iv) existe la tendencia a tomar la parte, aunque sea reducida, por el todo, generalizándose conclusiones prematuramente; (v) aceptada la certeza de una información, toda ella se toma como válida, aunque alguno de sus aspectos no lo sea; y (vi) las primeras impresiones suelen tener mucho peso, especialmente si confirman opiniones previas, y pueden orientar las siguientes.
La tendencia empírica de la mente humana también produce errores cuando se trata de establecer relaciones de causalidad y habitualmente confunde causa, motivo, intención y razón o justificación.
En efecto, para la persona la consistencia de un patrón es un indicador de su fiabilidad (Heuer, 1999; Jordán, 2014; Manzano, 2010): (i) atribuye causalidad y coherencia a hechos sucesivos, aun cuando no dependan los unos de los otros ni estén ligados; (ii) dota de intencionalidad a las relaciones causa-efecto; (iii) suele considerar que hechos simultáneos o muy cercanos en el tiempo están relacionados y que dos elementos que cambian al mismo tiempo lo hacen por una causa común; (iv) arroga voluntades o motivaciones comunes a actores múltiples agrupados en una misma categoría; (v) interpreta que la magnitud de la causa debe ser equivalente a la magnitud del efecto y al revés; y (vi) otorga más importancia al ánimo volitivo del individuo que a las influencias externas y sobrevalora la influencia de las instituciones sobre la conducta de los individuos.
Cuando de calcular probabilidades se trata, lejos de recurrir a una aproximación matemática, la mente tiende a: (i) considerar que lo que no tiene precedentes conocidos es improbable; (ii) mantener la estimación inicial de una probabilidad aunque el contexto cambie o surjan nuevas evidencias (“anclaje”); (iii) ignorar el carácter acumulativo de la improbabilidad.
Asimismo, cuando la mente trabaja en el seno de un colectivo homogéneo y cohesionado se da el denominado “pensamiento de grupo”, caracterizado por una tendencia al cierre cognitivo (Jervis, 1976), al consenso y a reafirmar la postura general con independencia de que existan diferentes explicaciones: una suerte de colectivización del pensamiento que elimina la disidencia.
Manzano (2010) también advierte de nuestra dificultad para discernir entre verdades y mentiras y de la poca efectividad del entrenamiento para detectarla; la tendencia a sobreestimar los aciertos en juicios pasados y a la hipercrítica cuando se evalúan fallos a posteriori; y a plegarnos por necesidades de supervivencia a tendencias previas establecidas o al gusto del receptor de la información del que se depende.
A todas estas tendencias subyace la propensión humana a percibir lo que se espera percibir y a confirmar y reforzar primeras impresiones, en un fenómeno que se ha venido a llamar “sesgo confirmatorio” o “tendencia a la confirmación”, que provoca que la persona indague y elija información que confirme creencias, expectativas o hipótesis preexistentes.
Por otro lado, como se verá, las primeras impresiones no están exentas de lógica y resultan muy efectivas en la resolución de problemas y la adopción de decisiones. La intuición recoge datos, correctos e incorrectos, abundantes o escasos, máximas de la experiencia y, al valorar, extrapola, concentrando conocimiento. Sin embargo, sus conclusiones suelen ser desplazadas por aquellas alcanzadas por el razonamiento puro.
Sin una razón que explique por qué existen estos condicionantes como fuentes de error se corre el peligro de tratar síntomas, pero no la enfermedad que, en nuestro caso sea probablemente incurable.

La función y naturaleza del razonamiento desde la teoría argumentativa. Una explicación posible para los sesgos
En el apartado anterior se han expuesto someramente los sesgos típicos que, hasta ahora, se habían venido explicando desde una perspectiva tradicional del razonamiento.
Sin embargo, si se parte de una concepción distinta de la función del razonamiento, lo errores que se producen en el análisis o la existencia de modelos mentales se ven desde otro ángulo, como consecuencias de fallos sistémicos con explicación y que, en consecuencia, pueden atemperarse mediante correcciones específicas. En este punto se expondrá esa noción novedosa de la función del razonamiento siguiendo principalmente los postulados de Mercier y Sperber (2011).
Generalmente se entiende por “razonar” aquella actividad intelectual por la que se infiere una representación mental o conclusión de manera consciente, partiendo de representaciones o premisas previas rescatadas también conscientemente, de manera que las premisas son razones para aceptar o sostener la conclusión alcanzada. Como ya se ha dicho anteriormente, esta actividad es la que, de acuerdo a la más establecida tradición filosófica, permite a los humanos superar sus percepciones, hábitos, instintos e intuiciones, separándonos del resto de animales.
Desde la década de los sesenta muchos estudios llegaron a la conclusión de que los humanos razonan muy defectuosamente, especialmente cuando de aplicar la lógica se trata, lo que llevó a la ciencia a desarrollar la distinción entre intuiciones (sistema 1 de razonamiento); y razonamiento en sentido estricto (sistema 2 de razonamiento).
Pues bien, la teoría argumentativa defiende que los argumentos que se traen al razonamiento puro provienen de inferencias intuitivas, esto es: creencias que carecen de razones conscientes para sostenerlas y que sirven para procesar la información que percibimos.
Así, lo que caracterizaría al razonamiento es, no sólo la consciencia de haber alcanzado una conclusión, sino también de las razones o argumentos que justifican que dicha conclusión se acepte como válida. Estos argumentos utilizados al razonar serían a su vez el producto de un mecanismo inferencial intuitivo y se evaluarían (como buenos o malos argumentos) también de forma intuitiva. Lo expuesto puede parecer un galimatías que Mercier & Sperber (2011) hacen muy inteligible a través del siguiente ejemplo:
El famoso argumento de Descartes “pienso, luego existo” ilustra la manera en que un argumento puede ser el resultado de una inferencia intuitiva. La mayoría de la gente cree intuitivamente que existe y no busca razones que justifiquen esta creencia. Pero si se buscaran dichas razones, esto es, si reflexionáramos sobre nuestra propia existencia, el argumento de Descartes probablemente resultaría convincente: es intuitivamente evidente que el mero hecho de pensar sobre el particular es razón suficientemente buena para aceptar la propia existencia o, de otro modo, sería inconsistente afirmar “yo pienso” y negar “yo existo”. Las que no resultan tan obvias en este caso particular son las razones para aceptar que éste que se presenta “intuitivamente” como buen argumento es realmente un buen argumento. Los filósofos han debatido al respecto acaloradamente (p. 59. Traducción del autor)
Conforme a lo anterior, aceptar una conclusión porque un argumento a su favor es de manera intuitiva lo suficientemente fuerte, supone una decisión epistémica personal. Construir un argumento complejo uniendo distintos elementos que intuitivamente tienen solidez suficiente, es una actividad mental individual. Sin embargo, la acción mental de elaborar un argumento convincente; su verbalización (pública o no) para convencer a otros o a uno mismo; y la acción de evaluar y aceptar la conclusión de un argumento ajeno, corresponde a lo que común y tradicionalmente se ha llamado razonamiento, cuya función biológica principal sería discutir.
En esta tesis, el razonamiento habría evolucionado y prevalecido principalmente porque es bueno en su función y hace la comunicación humana más efectiva. Téngase en cuenta que la comunicación, para que sea útil al receptor, debe contener información cercana a la verdad, pero no necesariamente cierta y para que satisfaga al emisor debe provocar algún efecto en sus receptores.
Así, el razonamiento: (i) produce y valora argumentos; y (ii) mejora su desempeño en contextos de debate, especialmente en el seno de grupos (para ganar la discusión, no para llegar a conclusiones acertadas); pero también: (iii) muestra una fuerte tendencia a la confirmación; (iv) cuando se desarrolla en solitario es proactivo, simula en su estructura a un diálogo y tiende a buscar argumentos que confirmen las opiniones propias; y (v) incluso cuando el razonamiento se dirige a la toma de decisiones, su función sigue siendo crear argumentos para convencer y no para adoptar la mejor, de manera que inclinará a las personas a tomar decisiones para las que encuentran argumentos justificantes, incluso cuando estas no son óptimas.
Expuesto lo anterior, resulta evidente que el razonamiento en el análisis, por su propia naturaleza y función, es una fuente potencial de errores, algo que siempre ha sido evidente pero para lo que no se había encontrado explicación plenamente satisfactoria.[2]
Pues bien, la teoría argumentativa sugiere un porqué de los principales sesgos mentales que puede facilitar la búsqueda de medios para evitarlos y corregirlos:
a) Si no hay resistencia, cualquier argumento, por deficiente o ilógico que sea, mientras conserve cierta apariencia de coherencia, resulta válido porque ha conseguido su objetivo: convencer. Teniendo en cuenta que en la biología humana rige la eficiencia, la relación coste (esfuerzo) y beneficio, tiene perfecto sentido admitir que un argumento si no es puesto en cuestión, satisfaga a emisor y receptor con independencia de que sea veraz.
En efecto, el mejor argumento es el que no es refutado (aunque pueda ser combatido o sea erróneo) de manera que los argumentos mejoran cuando estos se rebaten o se ponen en cuestión. Esto es aplicable al debate mantenido por varios individuos y al sostenido internamente en solitario. Por tanto, cualquier argumento del que se trate de extraer una conclusión, esto es, cualquier análisis, debe ser sometido a revisión cuantas más veces mejor, si es posible por analistas que hayan seguido métodos o técnicas de análisis distintas; y se ha de procurar que tanto emisor como receptor se comuniquen con sentido crítico y en el conocimiento de que el razonamiento espontaneo y natural tiende a su función biológica y no a la obtención de la verdad;
b) Si todos los participantes de inicio comparten la misma opinión, aunque esta sea totalmente equivocada, el debate no surgirá de manera espontánea y si se fuerza provocará principalmente argumentos a favor de la que ya es la opinión preexistente. Estos argumentos no serán criticados ni refutados, robusteciendo así la posición inicial. En definitiva, en ausencia de discusión se reforzará la postura primigenia, aunque ésta sea errónea. Para evitarlo habría que huir de grupos homogéneos o previamente despolarizados o suministrar a sus miembros diferentes informaciones que les haga partir de distintas posiciones.
c) La tendencia a la confirmación, según la cual “las personas tienden a buscar y seleccionar aquella información que confirme aquello que piensan que es cierto” (Sáiz 2010, p. 225) es definida por Nickerson (citado por Mercier & Spencer, 2011, p. 63) como “la búsqueda o interpretación de indicios de manera que soporten creencias, expectativas o hipótesis preexistentes”.
Para las teorías clásicas del razonamiento la tendencia a la confirmación es simplemente un sesgo, subproducto o fallo del razonamiento. Sin embargo, para la teoría argumentativa: (i) es una característica inherente del razonamiento que surge sólo en contextos deliberativos,[3] en el que los sujetos buscan argumentos que confirmen sus tesis, ignorando aquellos argumentos contrarios, salvo que anticipen la necesidad de rebatirlos; (ii) se manifiesta únicamente en el momento de la fabricación de argumentos y no en la evaluación de estos; y (iii) la confirmación es siempre de las propias posturas, lo que conlleva la refracción ante opiniones ajenas y contraargumentos.
Obsérvese que, en solitario o en compañía de otros que mantengan opiniones similares, los propios argumentos nunca o rara vez serán sometidos a crítica. Es en estas situaciones cuando la tendencia a la confirmación resulta más peligrosa.
Sin embargo, cuando el razonamiento se utiliza en contextos en los que los individuos están en desacuerdo pero tienen un interés común en la verdad, la tendencia a la confirmación contribuye a la división o reparto del trabajo cognitivo.[4] De esta manera, la discusión en grupo entre individuos heterogéneos es la forma más eficiente de mantener a raya a esta tendencia porque potencia que se mantenga un mente abierta (Heuer, 1999).
Debe advertirse, no obstante, que para algunos autores (Ritchart & Perkins 2005, Willingham 2008) el aprendizaje de habilidades para el pensamiento crítico, que se supone deben ayudar a superar el sesgo, en la práctica no ofrece buenos resultados. Según se postula, esas habilidades aprendidas terminan siendo utilizadas como herramientas para argumentar en pos de reforzar las opiniones propias ya establecidas, de manera que la contraposición de ideas resulta más eficaz en contextos más intuitivos;
d) Como ya se ha dicho, conforme a la teoría argumentativa, el razonamiento se desenvuelve de forma más natural cuando se discute. Pero los individuos también pueden ser muy proactivos cuando anticipan situaciones en las que podrían necesitar convencer a otros de que sus ideas o modelos mentales son correctos o sus acciones justificadas. Estas situaciones son muy frecuentes y es la típica de la persona que emite y elabora en solitario un informe con una intención decidida.
Hay que tener en cuenta que los modelos mentales son constructos (Manzano, 2010) que se concretan intuitivamente a partir de percepciones y que muchas veces pasan desapercibidos. El receptor de la información debe ser consciente de ello, porque el emisor, aunque equivocado, puede ser muy persuasivo, especialmente cuando se trata de un experto en la materia o cuando viene revestido de cierta autoridad.
Experimentos recientes apuntan a que las personas buscan razones para justificar opiniones que están deseosas o que prefieren mantener, aunque no sean ciertas. Desde el punto de vista de esta teoría, lo hacen para estar preparadas para defender estas opiniones cuando sean cuestionadas y no tanto para autoconvencerse de que son correctas. Se trataría del razonamiento motivado u orientado y que provoca que:
- Cuando se está en desacuerdo con la conclusión de un argumento se emplee más tiempo en evaluarlo y contestarlo que cuando se está de acuerdo. Esto es consecuencia de que rechazar una opinión exige cierta justificación (y por tanto, esfuerzo) mientras que aceptarla, generalmente, no. En definitiva, estar de acuerdo es más fácil, eficiente y económico que discrepar, y nos cuesta detectar la falta de evidencias (Manzano, 2010) lo que debe tenerse siempre en cuenta al evaluar una determinada opinión;
- El individuo tiende a enrocarse en sus posiciones si la conclusión alcanzada se comunica o hace pública, porque se incrementa la presión sobre el emisor para que la justifique y su temor a que su postura se considere errónea. Podría decirse que, ante una amenaza para la propia supervivencia, se activan simultáneamente la tendencia a la confirmación y el impulso de convencer al contrario, lo que puede llevar a posturas irracionales. En consecuencia, la confianza; la confidencialidad; la discreción; y la ausencia de presión por el fallo cobran importancia;
- Lo mismo expuesto en el párrafo anterior ocurre cuando al individuo se le exige que justifique y responda por sus decisiones, porque activa el razonamiento dirigido a convencer a sus evaluadores de que los argumentos esgrimidos eran los mejores y a atemperar la responsabilidad por el resultado de las decisiones tomadas como consecuencia de dichos argumentos;
- Los individuos también caen en el razonamiento orientado, dirigido a alcanzar una conclusión fijada a priori, para aferrarse a creencias muy arraigadas de cualquier tipo, sobre todo morales impuestas por el colectivo al que pertenece, incluso cuando éstas se le han probado irrefutablemente incorrectas; y
- A través del razonamiento las acciones consideradas injustas e inmorales pueden ser justificadas para atemperar los efectos de la vulneración de valores intuitivos y esconder la percepción propia o ajena de la injusticia e inmoralidad del acto (Cushman, Young & Hauser, 2006).
e) El objetivo principal del razonamiento, cuando se aplica a la toma de decisiones, es elaborar argumentos para defenderlas. Así, razonar, aun brevemente, puede no ofrecer ventajas e incluso producir resultados inferiores a procesos intuitivos e inconscientes. La mayoría de las decisiones se toman intuitivamente y cuando se utilizan estrategias para la toma de decisiones conscientes los resultados son habitualmente pobres, ya que se tiende a tomar la decisión más fácil de justificar: se prima la ortodoxia sobre la heterodoxia, lo que no siempre garantiza el éxito.
De lo expuesto hasta ahora puede concluirse que el razonamiento no sólo fracasa en la producción racional de creencias o en la toma de decisiones con fiabilidad, sino que, en muchos casos, va en perjuicio de la misma racionalidad. Razonar ofrece resultados incorrectos no porque los humanos razonen defectuosamente, sino porque su función sistemática es convencer a uno mismo o a los demás y justificar creencias previas o acciones ya decididas intuitivamente. Así, para la teoría argumentativa el razonamiento humano no sería un mecanismo profundamente defectuoso, sino un rasgo extraordinariamente eficiente y especializado adaptado a un tipo de interacción social y cognitiva.
Asimismo, esta teoría también sugiere que, en determinadas circunstancias, los individuos son muy capaces de razonar sin sesgos o utilizándolos, especialmente cuando valoran argumentos en vez de producirlos o cuando razonan en pos de la verdad y no para imponerse en un debate, esto es: cuando se utiliza el razonamiento como los pies para correr o las manos para golpear.
Una vez identificado el problema, se retomarán estas ideas más adelante para tratar de aportar soluciones, recordando que los sesgos enumerados en el apartado 3 de este trabajo son productos de la función biológica del razonamiento, pero que éste, puede ser utilizado como instrumento con otros fines.

La intuición como herramienta y base inseparable del análisis
En el apartado anterior se hacía referencia a la distinción entre intuiciones (sistema 1 de razonamiento) y al razonamiento en sentido estricto (sistema 2 de razonamiento) y se afirmaba que la teoría argumentativa defiende que los argumentos que se traen al razonamiento puro provienen de inferencias intuitivas que dirigen la decisión tomada o la conclusión alcanzada (Bechara, Damasio, Tranel, Damasio 1997). Si esto es así, la relación entre intuiciones, razonamiento puro y análisis sería indisoluble: la intuición es previa y dirige el razonamiento puro que se utiliza en el análisis.
Asimismo, como se ha venido exponiendo, el razonamiento es una potencial fuente de nuevos errores. Existen suficientes indicios empíricos de que al aplicar el razonamiento puro a intuiciones, estas se racionalizan en vez de corregirse si son erróneas. Se diría entonces que ni las intuiciones ni el razonamiento puro son fiables y, sin embargo, también se ha defendido que las mejores decisiones son aquellas tomadas en segundos y basadas en intuiciones (Gladwell, 2012) y que “el análisis de Inteligencia tiene mucho de intuición y sus conclusiones no requieren (o simplemente no son capaces de lograr) la misma robustez empírica y metodológica de los trabajos científicos” (Jordán, 2014). A continuación se procurará arrojar luz al respecto.
Desde principios del siglo XX y especialmente a partir de la década de los sesenta, se han postulado teorías duales del razonamiento que sugieren que el razonamiento humano implica dos procesos distintos: (i) uno rápido, sencillo, asociativo, intuitivo y supuestamente propenso al error (sistema 1); y (ii) otro (sistema 2) lento, laborioso, analítico, deliberado y aparentemente más fiable (Alter, Oppenheimer, Epley & Eyre, 2007).
Aunque con cierta controversia, las teorías duales se han utilizado ampliamente por psicólogos sociales, cognitivos y del desarrollo para explicar fenómenos tan diversos como la persuasión; la atribución de causalidades; la creación de estereotipos y modelos mentales; el razonamiento puro; etc. porque permiten predecir diferentes juicios dependiendo de que sistema de razonamiento se utilice.
Como se parte de que el razonamiento puro permitiría sobreponerse a respuestas del sistema intuitivo y asociativo, conocer cuando es más probable que la persona recurra al sistema 2 de razonamiento puede resultar crítico para entender cómo se elaboran juicios (el resultado del análisis) y se toman decisiones (la consecuencia de un juicio). También permitiría atemperar la tendencia al razonamiento puro de los individuos de culturas occidentales (Buchtel & Norenzayan, 2008).
Generalmente se sostiene que el razonamiento puro se activa cuando la persona tiene capacidad, motivación y tiempo para afrontar una tarea consciente y costosa con independencia de que la conclusión intuitiva sea acertada o errónea. De este modo (Andrzejewska, M; Berkay, D; Dreesmann, S.; Haslbeck, J.; Mechelmans, D.; & Furlan, S., 2013), el sistema 2 monitorizaría, revisaría y confirmaría o corregiría las respuestas del sistema 1.
Para Alter, Oppenheimer, Epley & Eyre (2007), la confianza en la precisión del juicio intuitivo parece depender en gran parte de la dificultad con la que la información se recibe y la percepción de dificultad de la tarea. Así, si la información se procesa de forma fácil y fluida la intuición guiará el juicio. Si la información es procesada con dificultad, la persona interpretará que la tarea es complicada y que su primera impresión (sistema 1) puede ser errónea, aunque sea acertada, activándose el razonamiento puro.
Relacionado con lo anterior y con la forma en que las personas perciben información Reyna (2012) y Reyna & Brainerd (1995 y 2011) al exponer su teoría del “trazo borroso”,[5] defienden que las intuiciones no son constructos mentales primitivos y sin sentido, sino el producto de un sistema avanzado que concentra el conocimiento porque son la representación de lo fundamental y esencial de una idea o concepto, de manera que son más precisas y acertadas en individuos expertos en una determinada materia.
En consecuencia, el razonamiento intuitivo, no analítico y automático, al contrario de lo que tradicionalmente se ha postulado, sería un proceso hábil y óptimo; compatible con las leyes de la probabilidad y, en consecuencia, tan o más preciso que el razonamiento puro.
Si bien todas las personas son capaces de razonar intuitiva y analíticamente, ciertos individuos tienden de manera natural o en ciertas situaciones a inclinarse por el primero de los sistemas sin iniciar el segundo (Bergheim & Roos, 2013). Así, por ejemplo, el versado en un cierto asunto sería más propenso a seguir su intuición que un novato o inexperto.
Además, aquellos sujetos más intuitivos toleran mejor el riesgo y la ambigüedad y son capaces de alcanzar juicios correctos en situaciones en las que la información es escasa o confusa, lo que sugiere que la intuición confiere ventaja en situaciones ambiguas, inciertas o peligrosas. Además, se apunta a que los individuos intuitivos se desenvuelven mejor que aquellos más analíticos en situaciones en las que la información es escasa, imprecisa o contradictoria (Butler, Guiso & Japelli, 2012).
Repárese de nuevo en que la intuición no está exenta de lógica, tiene un fondo asociativo, aunque inconsciente y que supone el refinamiento o concentración de conocimientos y experiencias particulares. De ahí que el experto pueda tener intuiciones sobre una determinada cuestión mientras el novel tiene el impulso de recurrir al razonamiento puro para enfrentarse a la misma cuestión, que se le presenta intuitivamente como compleja.
En este sentido, Butler, Guiso & Japelli (2012) insisten en que:
Pensadores intuitivos están más dispuestos a tolerar riesgo y ambigüedad que personas que toma decisiones razonadas profundamente. Sostenemos que una posible explicación para nuestros resultados [de la investigación] es que el pensamiento intuitivo está especialmente perfeccionado para enfrentarse a situaciones complejas que implican considerable incertidumbre y muchas alternativas, como sugieren Damasio (1991) y Bechara (1997). Que el pensamiento intuitivo pueda ser un modo poderoso de alcanzar conclusiones no debería sorprender: para muchos problemas matemáticos se ofrecen respuestas intuitivas (conjeturas) que sólo después, a través de un razonamiento laborioso, son confirmadas. A veces, entre la hipótesis y la confirmación transcurre un siglo, como en la Hipótesis de Poincaré. Otras veces, incluso tras siglos y muchos intentos de excelentes matemáticos, la confirmación es esquiva (p.e. la Conjetura de Goldbach). El tiempo que media es una buena medida del poder del pensamiento intuitivo y sugiere que la intuición es especialmente valiosa cuando los problemas son difíciles de analizar, como aquellos que implican incertidumbre (pp. 26 y 27. Traducción del autor)
Entonces, si la intuición es una herramienta tan capaz para alcanzar conclusiones y tomar decisiones, ¿por qué está tan denostada?
La respuesta rápida podría sugerir que, al ser la intuición un proceso inconsciente, justificar la decisión requiere la activación del sistema 2, mucho más complejo y costoso; pero también tiene relevancia que la intuición se aprecia en muchos casos como carente de lógica, aunque la tenga de fondo, y por tanto rechazable por irracional, como ya se ha expuesto.[6]
Aunque las razones de este desprecio de la intuición no están claras, ciertas investigaciones apuntan a que tienen una base cultural y que ante situaciones idénticas los occidentales son más proclives a iniciar el razonamiento puro y rechazar intuiciones, mientras en sociedades orientales el pensamiento holístico es apreciado como un signo de sabiduría. Estos estudios sugieren que las culturas orientales y occidentales animan diferentes formas de afrontar la toma de decisiones (Buchtel & Norenzayan, 2008 y Norenzayan, Nisbett, Smith & Jun Kim, 2002) lo que configuraría el rechazo por las intuiciones como un sesgo más del analista.
Expuesto lo anterior, parece imposible prescindir de la intuición como motor del razonamiento y descabellado despreciar la de expertos en tareas complejas como el análisis de Inteligencia, especialmente en aquellos casos en que la información es confusa, ambigua, escasa o superabundante y la incertidumbre, el riesgo y el tiempo factores determinantes muy frecuentes.
A este respecto, Cooper (2005) al tratar lo que denomina el mito de la metodología científica, expone:
La realidad es otra. El análisis está lejos de ser un método científico en el sentido habitual, pero frecuentemente malentendido, del término. Es más, esta visión de la ciencia es “cientificista”, que yerra al no reconocer el importante papel de elementos menos “racionales” o “científicos”, como la imaginación y la intuición (…)
Charles Allen, un muy veterano oficial de Inteligencia, ofrece una descripción más realista del proceso de análisis de Inteligencia: “me gustaría hablar principalmente del arte y oficio de la Inteligencia… Podríamos haber hablado de la ciencia de la Inteligencia, pero en mi opinión, por lo general, la ciencia de la Inteligencia está por inventar. No la veo. No existe en realidad”. Esto no significa que el rigor, la exactitud, la claridad y la precisión no sean requeridas en el análisis de Inteligencia; con lo que está en juego, son obviamente esenciales. Pero exigir una falsa precisión de un proceso de análisis que está asimismo basado incorrectamente en una concepción errónea de los métodos de la ciencia tiene pocas posibilidades de mejorar la calidad del análisis. En cambio, un aspecto a considerar por usuarios y gestores de Inteligencia es la probabilidad de que haya poca concordancia entre la precisión en los detalles de la respuesta y la exactitud del juicio en su conjunto (gestalt). Unos procesos y metodologías demasiado enfocados en indicios demostrables puede que acierte en los detalles a costa de pasar por alto juicios inferenciales importantes que han de ser expresados para evidenciar las dudas sobre indicios y juicios.

Evitar el error. Métodos alternativos de análisis
Visto lo expuesto hasta ahora, deberá convenirse que los individuos que reflexionan en solitario, sin recibir aportaciones de otros, evalúan sólo sus propias hipótesis y argumentos, conformando un escenario poco adecuado para la búsqueda de la verdad (Mercier & Sperber, 2011) y el análisis.
Es indiscutible que el razonamiento está detrás de los mayores logros humanos y también es cierto que las personas pueden desarrollar una destreza limitada para distanciarse de sus propias opiniones, considerar alternativas y, en consecuencia, ser más objetivas. Pero esta es una habilidad adquirida, no connatural, y requiere de ejercicio y un control (que siempre será imperfecto) sobre la predisposición natural que empuja en una dirección opuesta, hacia la subjetividad.
Por otro lado, la intuición se manifiesta como el motor del razonamiento puro y una herramienta muy adecuada para encontrar respuestas, alcanzar conclusiones y adoptar decisiones, aunque tampoco está exenta de fallos.
A continuación se propondrán técnicas, medios y métodos para procurar corregir las tendencias del razonamiento y la intuición y mejorar así el análisis, teniendo en cuenta las naturalezas de aquellas, sus mecanismos, tendencias y sesgos.
Estas técnicas propuestas tienen como fin evitar el sesgo del analista y objetivizar la actividad analítica sacando al analista de su zona de confort; obligándolo a discutir y evaluar afirmaciones condicionales sobre posibilidades alternativas y sus consecuencias, tanto futuras como pasadas (counterfactual reasoning, según Hendrickson, 2008) aprovechando la función argumentativa del razonamiento y algunas de sus tendencias inherentes:
- Revisión de las premisas básicas que sostienen el análisis: las premisas básicas son aquellas proposiciones aceptadas como ciertas y que sustentan las conclusiones alcanzadas por el analista o grupo de analistas. También pueden consistir en informes o análisis previos que se han arrastrado como ciertos sin ser sometidos a la debida crítica.
Revisar si realmente son ciertas, si caben alternativas o si estas descansan a su vez en premisas ocultas pendientes de comprobación es probablemente una de las tareas autocríticas más difíciles pero inmensamente útiles al iniciar el análisis o antes de emitir una opinión final.
Exige explicar la lógica de los argumentos que dan forma al análisis y pone de manifiesto debilidades de una determinada hipótesis; descubre relaciones entre elementos analizados; identifica circunstancias que harían cambiar el resultado del análisis y prepara a los analistas para afrontar nuevas informaciones hasta entonces inesperadas.
- Comprobar la calidad y fiabilidad de la información recibida: un dato no es más veraz por ser repetido por una pluralidad de fuentes, ni es mejor que un dato contradictorio recibido de una única fuente fiable debidamente contrastada y examinada.
Para valorar la calidad de la información, puede ser útil llevar un registro o base de datos centralizados y accesibles clasificados por fuente, tipo y fecha y con indicaciones de las debilidades o vulnerabilidades y circunstancias de esas fuentes; como ha sido obtenida la información; y el resultado de contribuciones pasadas. De esta forma pueden identificarse fuentes críticas, niveles de acierto, revisar información previamente descartada y marcar aquellas fuentes o informaciones objetivamente poco fiables para evitar que de forma automática o por costumbre fundamenten futuros análisis.
- Identificar signos de cambios: se trata de elaborar una lista de eventos o circunstancias observables que suelen ser previas, provocan, facilitan o anuncian determinadas situaciones o acontecimientos frente a los que se quiere estar preparado con anticipación. Mediante esta labor, que exige justificar por qué se espera que unos eventos A, B y C precedan a uno X, se identificarán las hipótesis y variables más probables y críticas pero también quedaran al descubierto aquellas menos probables o complementarias que intuitivamente habían quedado descartadas. La lista deberá ser revisada de forma constante para añadir nuevos eventos o corregir apreciaciones anteriores atendiendo a nuevos acontecimientos e informaciones recibidas.
- Análisis de hipótesis opuestas: requiere que el analista identifique todas las hipótesis alternativas razonables y confrontarlas con la prueba o hechos que las invaliden, en vez de valorar la verosimilitud de cada una de las hipótesis. Se previene así que el analista tienda prematuramente hacia una de las hipótesis e ignore o descarte información que no se ajuste a su apreciación inicial; y asegura que toda la información se analice. Sin perjuicio de que el análisis de hipótesis opuestas no garantiza un resultado, sí parece que aumenta las posibilidades de que la hipótesis correcta, por lo menos, se estudie (Valtorta, M.; Dang, J.; Gorodia, H.; Huang, J. & Huhns, M., 2005).
- En caso de gran consenso o unanimidad respecto de una determinada hipótesis o premisa básica, cuestionarla construyendo la mejor explicación alternativa posible, actuando de abogado del diablo. La persona encargada de defender una o varias hipótesis alternativas puede ser designada expresamente entre aquellos que sostienen la aceptada mayoritariamente o que no conozcan el asunto. Como al analista “abogado del diablo” se le fija un objetivo argumental su actividad intelectual se beneficia de la tendencia al razonamiento orientado del individuo. De este ejercicio puede resultar que la teoría mayoritaria es suficientemente sólida; que siendo la más sólida caben explicaciones alternativas o que es una hipótesis con escasos fundamentos.
- Cuando surgen dos o más interpretaciones de un mismo hecho que pueden sostenerse mediante argumentos sólidos, la separación de los analistas en equipos que defiendan sus distintas visiones puede ser útil.
Si las tesis confrontadas están bien construidas, será indicativo de un escenario variable; que la información recibida es ambigua o insuficiente; o de la existencia de sesgos arraigados en los distintos grupos. También quedarán en evidencia las debilidades de cada una de las posiciones o de una frente a la otra.
- Asignar a analistas el estudio de hechos considerados a priori improbables pero con graves consecuencias prepara para la sorpresa y puede desvelar que, acontecimientos percibidos como inverosímiles, no lo son en realidad tanto si se concatenan eventos que aisladamente son factibles.
En efecto, si un suceso se considera de forma general como improbable, fantasear, defender lo contrario o desarrollar e identificar que circunstancias han de acontecer para que el evento improbable se produzca y cause efectos resulta una tarea relativamente poco costosa.
- Relacionado y parecido con el anterior, y dado un escenario real, desarrollar una hipótesis sobre cómo podría haber ocurrido justo lo contrario o qué hubiera ocurrido de haberse producido un evento distinto en la cadena de sucesos que llevaron al escenario final.
Tiene utilidad para identificar las circunstancias críticas que provocan un determinado escenario; cuales son puramente accesorias y cuestionar y descubrir visiones muy arraigadas y sesgos de los analistas. Al desviar la atención de éstos del estudio de las probabilidades de ocurrencia de un determinado evento remoto y focalizar en cómo podría darse un resultado distinto al que ya se ha producido también se incide en sus causas, consecuencias y en aspectos que no se habían previsto.
- Tormenta de ideas: será útil para generar nuevas hipótesis o conceptos siempre que (i) se desarrolle en dos fases, una de aporte de ideas en bruto; y otra de discusión de cada una de las ideas generadas, su análisis y clasificación; (ii) no se censure ninguna aportación por heterodoxa que parezca, más bien al contrario, debe indagarse en los motivos que la han generado; (iii) se emplee el tiempo necesario en fijar las reglas del juego y se permita a sus participantes encontrarse libres, cómodos, seguros y relajados; y (iv) debe incluir al menos a un participante ajeno al grupo o con distinto bagaje cultural, técnico, educacional, profesional, etc. pero con algún conocimiento del asunto a tratar.
- Análisis “desde fuera”: permite identificar los factores que tienen influencia real en una determinada situación o evento y descartar aquellos que se han sobrevalorado. El proceso debe incluir: (i) una lista de aquellas fuerzas que afecten al evento o a la situación sobre las que se tenga poca capacidad de influencia; (ii) otra lista sobre aquellos factores en los que el consumidor de Inteligencia sí pueda influir; (iii) evaluar y explicar cómo los elementos del listado afectan al evento o a la situación en atención a las pruebas o conocimientos disponibles.
- Formación de “Red teams”: Cooper (2005, p. 43) considera que deberían ser parte rutinaria del análisis de Inteligencia. Consiste en que un analista o grupo de analistas (“Red team”) se comporten y actúen representando e imitando al adversario (“los malos”). Por lo general exige cierta continuidad, mucha especialización y disciplina suficiente para evitar proyectar en el papel que se representa los motivos, valores, miedos, etc. propios del analista o grupo de analistas que conforman el “Red team”.
La competencia incita la confrontación de ideas y la teatralización puede facilitar que el analista o grupo de analistas se liberen de sus propios sesgos al adoptar la posición de caracteres singulares que operan conforme a distintas motivaciones, reglas morales o condicionantes externos.
- Juegos de guerra, juegos de rol y simulaciones: similar al anterior, pero sin vocación de permanencia, en situaciones de potencial conflicto con actores múltiples, formar equipos de conocedores del asunto con experiencia para que compitan en un escenario dado, que puede ir cambiando mientras el juego esté activo, para alcanzar un objetivo prefijado.
Las reglas y condiciones del juego deben ser claras, pero no necesariamente estrictas, para que los participantes actúen en un marco de cierta ambigüedad e incertidumbre. Una experiencia óptima permitiría observar los posibles movimientos de los actores objeto de análisis ante estímulos inesperados y predecir o confirmar estrategias.
- Análisis de futuros alternativos: su objetivo es evaluar las distintas consecuencias de un evento o situación cuyo resultado es altamente incierto. Permite aflorar aspectos desconocidos y evidenciar otros que se ignoraba desconocer; elaborar una lista de resultados y consecuencias posibles y facilita un marco amplio de costes, riesgos y oportunidades.
- Uso de programas informáticos específicos: muy recientemente se ha propuesto (Toniolo, Norman, Etuk, Cerutti, Ouyang, Srivastava, Oren, Dropps, Allen, Sullivan & INTELPOINT, 2015) el Análisis Colaborativo mediante bases de datos compartidas y aplicaciones informáticas como CISpaces que permiten al analista realizar las fases fundamentales del análisis mediante una interface. La información suministrada al programa se procesa y se hace accesible a otros analistas que pueden corregirla o relacionarla con otras informaciones disponibles. El análisis asistido puede facilitar la sistematización de datos que se poseen, clasificarlos, ponerlos en relación común en una matriz mayor, identificar la necesidad de información adicional y posibles defectos lógicos y de razonamiento.
Otras propuestas persiguen facilitar el procesamiento de datos, mediante la elaboración automática de cronologías a partir de la información que se vuelca en el sistema (Cassel; Taylor; Katz; Childs; & Rimey, 2006); el aprovechamiento de la web semántica (Manes & Hendler 2005) y mejorar la minería de datos. También se está investigando el uso de estas herramientas para eliminar o atenuar la tendencia a la confirmación del analista (Madsen & Hicks, 2006).
- Aplicación de las matemáticas para facilitar la valoración de la influencia del contexto en el razonamiento y la toma de decisiones; mejorar el entendimiento de los problemas inherentes al análisis, en especial los sesgos; optimizar protocolos; y dotar de estructura al análisis (Devlin, 2005).
En especial, destaca la posibilidad de aplicar el teorema de Bayes para valorar con mucha objetividad (Bernardo, 2006) las probabilidades de que un determinado acontecimiento ocurra o la lógica de una determinada hipótesis (Dawid, 2001 y Blair, 2004). También puede aplicarse en el análisis de hipótesis opuestas (Valtorta, M.; Dang, J.; Gorodia, H.; Huang, J. & Huhns, M., 2005).
- Si bien en este momento puede resultar complicado por la dificultad para la obtención y sistematización de datos, la sabiduría colectiva puede resultar un medio operativo útil para el análisis de Inteligencia en tanto que los sesgos individuales del conocimiento o de su estimación se anulan en uno u otro sentido, convirtiendo centenares o millares de suposiciones individuales en respuestas medias sorprendentemente precisas (Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil, 2012). De igual forma, las tendencias observables en redes sociales y foros pueden resultar indicativos o sintomáticos de eventos futuros.
Puede resultar difícil de aceptar que miles de intuiciones estén más cerca de la verdad que el sesudo análisis de un experto pero, como ya se dijo en el apartado anterior, la intuición es una forma avanzadísima de razonamiento extraordinariamente eficiente en situaciones en que la información es ambigua, insuficiente o contradictoria y la incertidumbre alta.
- En conexión con lo anterior y según Fishbein & Treverton (2004), “dar sentido”,[8] esto es: reunir la intuición individual de los analistas conformando una intuición colectiva para identificar riesgos presentes y emergentes; patrones; y eventos relevantes. En definitiva, se entiende que, en la actualidad, en parte por el tipo actual de amenazas (grupos terroristas con comportamientos muy variables, etc.), se puede obtener más beneficios de la participación colectiva y en apariencia superficial de muchos analistas que del análisis formal de un experto.
Además de las técnicas anteriores pueden reforzarse las habilidades de los analistas mediante:
- Los juegos como entrenamiento: una habilidad muy practicada especialmente por aquellos individuos que de forma constante deben prever las acciones del contrario u objeciones a sus propios planteamientos (ajedrecistas, militares y abogados, por ejemplo) es anticiparse a los argumentos y movimientos que pueden oponerse a aquellos propios, de manera que los fallos lógicos y construcciones erróneas se hacen evidentes, lo que permite revisarlas y mejorarlas. Mediante juegos de tablero, que no tienen por qué representar fielmente la realidad, se entrenan estas capacidades.
- Reconocer la posibilidad del error por parte de analistas y consumidores de Inteligencia. Debe aceptarse que habrá errores y no sancionar el primero en su clase, sino la reiteración y la falta de aprendizaje de errores previos (Cooper, 2005). Lowenthal (2013, p. 35) se queja amargamente de la incapacidad para aceptar el fallo que, como se ha dicho, cohíbe el razonamiento y lo limita:
A pesar de la convicción general de que la Inteligencia no puede ser omnisciente, falta tolerancia cuando el análisis de Inteligencia no obtiene la respuesta correcta. El objetivo oculto tras la reforma de la Inteligencia es que no haya fallos ni sorpresas. Pero, incluso cuando todos aceptamos que esto es imposible, cada vez que el análisis de Inteligencia falla se desata la caza de los motivos. Tristemente, esta persecución es ya ridícula tras la reforma, cuyos patrocinadores y defensores no pueden creerse que la sorpresa y el error puedan existir después de todas las normas que han aprobado.

Conclusiones
En los puntos anteriores se ha expuesto que el análisis es razonamiento; que éste puede ser puro o intuitivo; y que su función es argumentativa: imponer las propias ideas y justificar acciones pasadas, con independencia de que la conclusión alcanzada durante la argumentación sea lógica o correcta. Los sesgos son, por tanto, características de un razonamiento adaptado a un determinado objetivo, pero pueden ser inhibidos o utilizados.
Las propuestas anteriores son la concreción de algunos principios, que a continuación se formulan, que se espera guíen al analista y le permitan recurrir o evitar los sesgos del razonamiento y conformar sus propias técnicas en favor de un buen análisis:
- El reconocimiento de los sesgos y prejuicios propios y de la organización; y el pensamiento autocrítico deben ser intrínsecos al analista, con independencia del rigor de los métodos y procesos utilizados;
- Hay que intuir, pero también pensar. Hay que pensar, pero también intuir. La intuición siempre obedece a una lógica, que puede ser errónea. El razonamiento puro no tiene porqué ser lógico, aunque acierte;
- No existe la verdad revelada, una conclusión basada en referencias, indicios o informes previos o en multitud de ellos no hace prueba. Revisar, revalorar y verificar conclusiones previas evita construir conclusiones nuevas sobre premisas falsas o variables. La verdad, como en la ciencia, es cambiante;
- La comunidad de Inteligencia no tiene la exclusiva de la verdad;
- Mantener la mente abierta a hipótesis distintas a la apreciada como cierta, aunque se antojen inicialmente estrafalarias, y comprobar siempre sus debilidades y fortalezas. Cuando una hipótesis surge es que hay razones (acertadas o no) que la sustentan;
- La realidad no se construye, los hechos la descubren y el individuo la interpreta;
- Las herramientas y métodos deben ser evaluados, cuestionados, criticados y mejorados constantemente. La ortodoxia a ultranza conduce a la inimputabilidad del fallo, no al acierto;
- Los individuos se distinguen del colectivo y el colectivo de otros colectivos mayores. Las culturas difieren y también las racionalidades que parten de intuiciones y modelos lógicos dispares;
- El objetivo del análisis es elaborar el juicio más acertado conforme al mejor saber y entender de su autor, no complacer al consumidor de Inteligencia. Es una obligación de medios, no de resultados; y
- Todo debe ser supervisado y sometido a crítica aplicando los principios anteriores. La última conclusión será la más plausible hasta que surja la que la sustituya.