20 nov 2012
INTELIGENCIA ESTRATÉGICA. Visión Preventiva y Visión Proactiva para la Decisión.
“La buena inteligencia es el preludio de la victoria”.
Sun Tzu.
Introducción.
El dominio del conocimiento o saber ontológico del escenario futuro, su real o aproximada fisonomía, el riesgo político inherente, las oportunidades explotables y, en fin, de los elementos componentes de las realidades políticas, estratégicas, sociales, económicas y culturales, ha
apasionado al hombre desde los primeros tiempos y desde que tuvo forma la primera estructura organizacional de la incipiente sociedad. La más elemental de las decisiones precisó de datos, nociones, conocimiento del entorno ambiental y de sus habitantes, como de los riesgos y amenazas presentes y previsibles.
No constituye un secreto para nadie que tal capacidad inherente a la Inteligencia, en cualquiera de sus expresiones, otorga la facultad de anticiparse a los hechos, bien para administrar el cambio como gestor o actor significativo del mismo, actuando en forma proactiva, o bien para adoptar y adaptarse al mismo, actuando en forma preventiva u oportunamente reactiva.
Ahora bien, actuar en forma proactiva no consiste en otra cosa que no sea fundamentar la acción en un razonamiento que se basa en un pensamiento proactivo, es decir, aquel criterio que permite la concepción de hechos o circunstancias que aún no se han manifestado, sino que se conciben como realidades posibles, en tanto su factibilidad. El criterio preventivo, por su parte, orienta al razonamiento de anticipación a algún hecho posible de ocurrir, en tanto ya ha ocurrido anteriormente. Al parecer, una sutil diferencia conceptual marca una enorme diferencia ante la contingencia emergente.
En uno de sus artículos publicados en 1993, el Conde francés Alexandre de Marenches señala, refiriéndose al terrorismo fundamentalista: “...nuestro diagnóstico se ha cumplido sistemáticamente desde los años 70 y se basa en las siguientes premisas:
1. La IV Guerra Mundial será una guerra norte-sur.
2. Los barones de la droga y del terrorismo serán cada vez más crueles, creativos y su accionar llegará al modelo Kamikaze.
3. Será objetivo prioritario desestabilizar las democracias nuevas y antiguas, utilizando cualquier método, abierto o encubierto.
4. No será una guerra ideológica, porque las ideologías ya demostraron su fracaso, será una guerra por el Poder, en su más amplio espectro de posibilidades y no se está preparado para ello.
5. El terrorismo atacará en el corazón de los Estados Unidos.
6. Drogas y anarquismo realimentarán la inseguridad pública y obligará a reaccionar con restricciones que el pueblo estadounidense no está acostumbrado a pagar como precio de su libertad, y...
7. Los carteles de la droga utilizarán a EE.UU. como base principal futura de sus negocios y de su dominación territorial. EE.UU. continuará culpando a los países en desarrollo, sin darse cuenta que el mal nace de su propia permisividad”.
Algunos autores coinciden en señalar que la concepción estratégica para elaborar planes o lineamientos de futuro para alcanzar metas objetivo ha venido a requerir de una Inteligencia de naturaleza proactiva, es decir, producida en el marco de la visión de futuro. Aparece así una extensión comprehensiva del concepto de Inteligencia, en este caso, la llamaremos “Estratégica”, en tanto se concibe bajo una visión prospectiva de lo posible y lo deseable. En consecuencia, aparte de ubicarse en los más altos niveles de decisión e involucrar grandes esfuerzos, incorpora el elemento tiempo en su concepto, posibilitando que su producción resulte útil al proceso decisional de cualquier naturaleza concebido para plazos futuros.
En cualquier circunstancia, la profunda comprensión pormenorizada de los acontecimientos, la imaginación creativa, la facultad de relacionar los elementos constitutivos de un escenario con sentido integrativo y la correcta interpretación con arreglo a la visión de futuro, vienen a categorizar las instancias del análisis y su utilidad para la producción de inteligencia, en tanto ésta forme parte de un proceso decisional de cualquier orden.
Conceptos básicos.
A. Examinaremos algunas definiciones y conceptos alrededor del tema del “análisis” y de “Inteligencia”.
La Real Academia Española señala:
Análisis: "Distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos”. "Examen que se hace de una obra, de un escrito o de cualquier realidad susceptible de estudio intelectual".
Se conoce también el Análisis (Factorial) como un “Método estadístico usado para cuantificar la importancia de cada uno de los factores actuantes en un fenómeno”.
Académicamente puede definirse como:
"Estudio pormenorizado de un asunto referido a parámetros y o normas preestablecidas "; o bien, "Proceso mental metodológico desarrollado por el analista que transforma informaciones en inteligencia, como producto final útil para la toma de decisiones".
Como un aporte a la comprensión del concepto central de análisis, el autor plantea la proposición siguiente: "Método comprehensivo e interpretativo de situaciones y sus estadios, incorporando escenarios y actores, con arreglo a procesos y criterios acorde con la naturaleza de los problemas".
Al comparar las definiciones y conceptos antes mencionados encontramos elementos comunes: estudio, desagregación, comprehensión, metodología, escenarios, actores, criterios, fenómenos, tiempo, etc. Lo significativo de cualquier concepto radica en que “el análisis transforma en juicios el saber ordinario vago e inexacto, mediante procesos científicos.” Estos procesos se
caracterizan por la dificultad que se presenta al intentar separar lo esencial de lo accesorio, cuyo propósito consiste en obtener una visión objetiva sobre el “Objeto” que es percibido a través de “imágenes” por el “Sujeto” o “Analista”. El producto ontológico de captar la esencia de los seres y las propiedades de las cosas configura la “utilidad” de la Inteligencia.
El problema central radica en la formación de criterios analíticos, sin sesgos ni prejuicios e idealmente ajenos a influencias de cualquier índole, como base de la cultura, independencia y especialización de un analista.
En cuanto a una definición conceptual de Inteligencia, hay quienes la definen como: “Organización destinada a recolectar informaciones y transformándolas en un producto útil para la toma de decisiones por un, así llamado, “Usuario”, o autoridad que debe resolver sobre una situación actual o futura”.
También se puede conceptualizar como:
“Aquella función de la mente humana que le permite acceder al conocimiento con sentido epistemológico”. En el marco de un Estado Mayor Militar se define como: “Aquella función primaria que proporciona los escenarios posibles que afectarán el cumplimiento de la misión propia”.
B.- Lo Axiológico en la Inteligencia Estratégica. Evidentemente, la epistemología o teoría del conocimiento, dice relación con la lógica como su fundamento y como tal, sus "leyes", dan cuenta de la "ciencia ordenada al raciocinio", transitando de proposiciones verdaderas a otras, dando paso a la Metodología, como teoría del uso de las leyes lógicas en diversos dominios del saber.
Sin embargo, debemos agregar, en mérito a la interpretación que le asignamos a los significados ontológicos, un sentido de valor, es decir, un sentido ético.
Si bien la Inteligencia, en un concepto puro, corresponde a la verdad sobre los acontecimientos, pasados, presentes o futuros, al servir a la toma de decisiones involucra a la estrategia en su más amplia y moderna acepción. Las decisiones que se adopten corresponde a ésta última disciplina en el marco de la Política, en otras palabras las decisiones sobre las sociedades se caracterizan por ser colectivizadas, concepto politológico que según Sartori, significa que se toman por el resto de la sociedad, la cual ha depositado su confianza en la dirigencia, al menos en un sistema democrático. Y, ¿a qué nos conduce esta idea fuerza?... A incorporar en la decisión, el concurso necesario de la Inteligencia, bajo la interpretación axiológica que se deriva de la ética social o, mejor dicho, del “ethos cultural” de la sociedad objeto de la decisión. He aquí un problema no menor para las elites dirigentes en las diferentes sociedades políticas del mundo.
¿A qué valores se suscriben las distintas culturas, habida consideración que éstos no poseen en si un carácter universal?... ¿Chocarán las civilizaciones, como lo plantea Samuel Huntington?... ¿Qué efectos tendrán las “verdades” producidas por la Inteligencia en los diferentes núcleos culturales?... ¿Habrá que reapreciar la dimensión y alcance de los “Intereses Nacionales” a la luz de los nuevos acontecimientos de la realidad emergente?... En síntesis, habrá que determinar el escenario en el cual una sociedad particular se manifiesta satisfecha con su progreso y su seguridad, en el marco de su cultura. Ante este desafío se plantea una última interrogante... ¿ Está el liderazgo de Occidente preparado?
Desde una perspectiva psicológica la percepción de las realidades se complementa con el “valor” que le asignamos a los objetos de conocimiento, de lo contrario nos reduciríamos a lo meramente epistemológico, que podría tender a los “absolutos”. La “ética axiológica” fundada en la teoría de los valores le otorga un sentido valorativo al contenido del objeto esencia.
A partir de tales principios ya podemos comprender el actual rol que debe cumplir la Inteligencia. Desde la perspectiva epistemológica obtendremos el conocer o el saber, en tanto desde la perspectiva axiológica obtendremos el "valor de lo aprehendido", como fundamento útil para la toma de decisiones en el siglo XXI.
La Prospectiva, la Estrategia y la Inteligencia.
La Prospectiva la define el diccionario de la Real Academia como: “Conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o predecir el futuro, en una determinada materia”.
Si bien algunos especialistas afirman que no puede haber Estrategia sin Inteligencia, existe una estrecha relación de ambas con la Prospectiva, aún cuando ésta última disciplina o indisciplina posee un horizonte de más largo plazo. Este factor tiempo le otorga una característica exploratoria a la reflexión prospectiva que la hace particularmente útil para la producción de Inteligencia Estratégica. Volvemos a considerar la antes mencionada diferencia entre prevención y proacción, asociándolas esta vez con la Estrategia.
El reciente acontecimiento noticioso referido al ataque con caracteres terroristas de que fue objeto los Estados Unidos, nos conduce a reflexionar si el criterio preventivo era posible de aplicar en tal caso, es decir, ¿Había algún precedente de tal naturaleza y estilo táctico que indujera a la adopción de medidas preventivas especiales o excepcionales, que impidieran la acción criminal?... la respuesta es ¡No! Entonces, ¿Qué criterio se podría haber aplicado en la producción de Inteligencia?... Tal vez si se hubiera reflexionado con criterio proactivo se habría podido imaginar el escenario posible deducido de un análisis de factibilidad. No obstante, las simulaciones o Juegos de Guerra que lo hayan concebido, se aprecia una sub valoración de la amenaza en cuanto al “Cómo” de su modus operandis.
No es razonable plantear una crítica sin el conocimiento de otros pormenores que desembocaron en el lamentable éxito de la acción terrorista, sino valga la oportunidad para reflexionar sobre algunos puntos ya señalados por Marenches. El Conde menciona en un artículo sobre la Guerra de Mentes que, a su juicio, es la que se libra en el escenario de la 4ª Guerra Mundial...”La antigua idea de la destrucción mutuamente asegurada, se ha transformado simplemente en “destrucción asegurada” sea física o intelectualmente, con la creatividad del desesperado y con la recuperación del “ojo por ojo”. Esta mentalidad medieval comienza a asentarse como un nuevo balance de poder y terror, mediante la infiltración y el fanatismo. Las armas del terror pueden ser más o menos complejas, pero las nuevas batallas revivirán el espíritu de las cruzadas, con la diferencia que, por nuestra parte comenzarán como actos de autodefensa. Ellos creen en la muerte y aman la muerte, el sacrificio sublime, nosotros no!, por eso es tiempo de reconstruir nuestra percepción del enemigo y la imagen del aliado, porque esto es un nuevo capítulo de historia secreta de la civilización que luchará en la oscuridad y deberá aprender a moverse como un ciego en ella. Ningún enemigo será más o menos que otro... etc..”
Conscientes del papel que le compete a la Inteligencia, particularmente a la estratégica, resulta razonable pensar que los primeros pasos de cualquier estrategia norteamericana, como de las operaciones que resulten de ella, no podrá ser concebida la primera, ni ejecutadas las segundas, sin el insustituible concurso de la Inteligencia.
Su importancia radicará en la selectividad del esfuerzo político y militar en el escenario actual y debiera permitir resolver con una clara visión de los escenarios futuros que podrían generar las resoluciones que se adopten en la coyuntura actual. En sí, esta labor demanda un esfuerzo conjunto y multidisciplinario caracterizado por la complejidad de elementos cruzados, como por la particular incertidumbre al enfrentar una amenaza no convencional, transnacional y sin apego al Derecho Internacional.
Vivimos en una sociedad, aunque con naturales diferencias, del conocimiento. En efecto, el fenómeno de crecientes interrelaciones comerciales y financieras, llamado “globalización” a nivel mundial, facilitado también en forma creciente, por un desarrollo amplio de las “comunicaciones”, sumado a una demanda también creciente e ilimitada de la “necesidad de saber” para poder optar, presenta un escenario de alta complejidad, en donde convergen la vertiginosidad del cambio, asociado a un volumen progresivo y disponible de información, que para la autoridad que debe tomar decisiones, le resulta inmanejable.
En torno a esta realidad, a la que se enfrentan hoy políticos, economistas, diplomáticos, militares, en general, la elite de estrategas del futuro, surge la necesidad de crear o recrear organismos de asesoría de alto nivel, de carácter inter y multi disciplinario, que provean el valioso aporte de un producto útil para la toma de decisiones cual es la Inteligencia, independiente de las diversas denominaciones que adopta según el nivel decisional al que asesora, o bien de acuerdo al área de gestión en donde se desenvuelve. En otras palabras, la metodología de producción integral que resume un conjunto de herramientas y métodos adecuados para el procesamiento de la información necesaria, no sólo se valida, sino que adquiere una importancia vital en cualquier proceso decisional, que tenga como objeto la planificación actual del futuro, con sentido estratégico inmediato o mediato.
La prospectiva entonces, representa un conjunto de herramientas metodológicas que contribuirán sensiblemente al análisis destinado a la previsión de riesgos y amenazas y a la identificación anticipada de oportunidades que pudieren afectar o puedan ser explotadas por algún actor en pos del logro de sus objetivos.
Concurren a este proceso algunas consideraciones determinantes de Objetivos, tales como:
1. Un proyecto País u Objetivo Nacional claro.
2. Una visión de la Sociedad del futuro.
3. Los intereses permanentes y emergentes de la sociedad.
4. Los valores universales y aquellos propios de la cultura social. Etc.
No obstante, un fenómeno muy común en la actualidad se manifiesta como la ausencia o dificultad que experimentan algunos actores para concretar unavisión de futuro, motivada por diversas razones, entre las que podemos mencionar:
1. Persistencia o recurrencia de “crisis interna”, propiciando un permanente estado de inestabilidad y en algunos casos de ingobernabilidad.
2. Alto grado de dependencia económica, sea ésta comercial o financiera, lo cual introduce una serie de variables exógenas, ajenas al control propio.
3. Multiplicidad y coexistencia de conflictos de diverso orden, externo e interno, como también de diferente naturaleza, carácter y fisonomía.
4. Paradigmas, procedimientos y modelos inadecuados por anacronismo, incongruencia o incompatibilidad cultural.
5. Resistencia al cambio en la sociedad, en forma corporativa o individual.
6. Desconocimiento del “ethos” cultural de la sociedad. Etc.
Reflexiones finales, a modo de síntesis.
La metodología de análisis viene a ser lo suficientemente amplia y flexible para adaptarse a diversas instancias de la problemática social. Al incorporar herramientas de estudio del futuro, en términos de un conjunto de métodos y procesos y sin pretender representar una suerte de pronóstico infalible, la Inteligencia puede ser producida con mayor rigor científico.
La “utilidad”, como principio básico de la Inteligencia adquiere mayor relevancia al reducir significativamente el espacio de incertidumbre que natural y crecientemente rodea a una decisión adoptada y cuyos efectos se apreciarán en el futuro.
El análisis prospectivo posee intrínsecamente el carácter estratégico al comprender el concepto de “plazo” como el elemento “tiempo”, propio de una “visión estratégica” en cualquier nivel de decisión.
Los decisores del siglo XXI se ven enfrentados a contingencias no previstas ni imaginadas, en algunos casos. La pregunta ¿Qué pasaría si...? parece ser mayormente válida como base de una Planificación de Contingencia.
La importancia de un análisis inter y multidisciplinario que debe caracterizar a la producción de Inteligencia, no sólo debe orientar la estructura del organismo, sino que debe ser incorporado como criterio de estudio metodológico propio del analista, particularmente necesario en la etapa integrativa e interpretativa del proceso.
La aproximación multidireccional al estudio de un problema comenzando por esferas o áreas separadas o desagregadas, necesariamente debe dar paso a la interacción de las variables diversas dentro del sistema. Un problema o una situación en análisis, sobre todo si se trata del futuro, estará de cualquier manera afectada por el comportamiento de esas múltiples variables de distinta naturaleza científica o disciplinaria, dentro de una perspectiva flexible que permita racionalmente las modificaciones y el reconocimiento de la pluricausalidad .
Cabe una reflexión en torno a la formación de analistas de alto nivel, es decir, de quienes deberán llevar a cabo la compleja tarea de producir Inteligencia para la toma de decisiones políticas y estratégicas. La estructuración de un Sistema Nacional de Inteligencia debiera considerar la selección rigurosa de sus componentes privilegiando el profesionalismo y la experiencia por sobre cualquier otra consideración, cautelando de esa forma su sentido ético y minimizando riesgos que ocasionaría la incorporación de aficionados o, peor aún, de interesados.
Finalmente, recogiendo la perspectiva del Conde Alexandre de Marenches, a la luz de los lamentables acontecimientos que preocupan a la humanidad a comienzos del siglo XXI, estimo conveniente destacar la viabilidad de la Inteligencia y su insustituible papel para con la sociedad toda. Es momento de precisiones y decisiones ante un escenario incierto de proyecciones imprevistas. El papel de los líderes y de la dirigencia política en nuestro sistema democrático occidental debe ser un reflejo de nuestra cultura axiológica social, asumiendo la conducción de los Estados Naciones conscientes de la nueva forma de conflicto por el poder y del escenario emergente, en donde aparece la globalización del terrorismo como elemento constitutivo del mismo y su carácter transnacional sin identidad ni patria.
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