Los servicios de inteligencia israelíes monitorean las redes sociales palestinas ante la posible irrupción de un nuevo levantamiento en Cisjordania.
![]() |
Dentro de sus predicciones, el Centro para la Acción Preventiva (CPA, en acrónimo inglés) del Centro de Relaciones Exteriores (CFR) de Nueva York vaticina el estallido de una tercera Intifada palestina en Cisjordania 2013, junto a otros pronósticos como un conflicto naval entre EE UU e Irán en aguas del Golfo Pérsico, la irrupción de una nueva ola de violencia en Etiopía y el descontento popular en China, Venezuela y Cuba. Tal vaticinio podría resultar aventurado, de no ser porque los servicios de inteligencia israelíes acaban de hacer público que realizan un seguimiento exhaustivo de las redes sociales palestinas, en las que han detectado mensajes y patrones similares a los reproducidos hace ya casi dos años en el Egipto pre revolucionario.
Según el analista de asuntos de seguridad y defensa del diario Yediot Ajaronot –el periódico de mayor circulación en Israel–, Alex Fishman, tanto el servicio de inteligencia militar (Aman) como el de inteligencia y seguridad interior (Shabak) han creado secciones específicas para examinar las redes sociales palestinas, de cara a detectar posibles movimientos y nuevos liderazgos. En el caso del Amanse trataría del departamento Hatzav dedicado al análisis de fuentes abiertas dentro de la conocida Unidad 8200, encargada de la interceptación de señales y desencriptación de comunicaciones. En el ámbito civil sería competencia del departamento de Asuntos Palestinos del Shabak, que también cuenta con capacidades de interrupción de las comunicaciones domésticas.
Radicalización tras la Operación Pilar Defensivo
De acuerdo a una encuesta reciente del Centro Árabe para la Investigación y el Desarrollo (AWRAD), la breve pero intensa guerra acaecida en la Franja de Gaza, Pilar Defensivo, habría radicalizado a la opinión pública palestina. Según el sondeo, realizado sobre una muestra de 1.200 personas, el 88% de los encuestados en Cisjordania opinaría que la lucha armada es el mejor método para la resolver el conflicto. Por el contrario, únicamente, el 43% estaría a favor de las negociaciones, lo que supone una bajada importante respecto del 52% registrado el pasado mes de mayo y del 59% en mayo de 2011. Curiosamente en la Franja de Gaza el porcentaje de apoyo a las negociaciones se ha mantenido estable en torno al 50% dentro del mismo periodo.
La explicación de esta nueva tendencia en Cisjordania sería fruto de una serie de factores: el hastío de sus ciudadanos respecto de la parálisis del proceso de paz desde septiembre de 2010, la grave crisis económica y fiscal que atraviesa la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el ejemplo sentado por Hamás en la Franja de Gaza, que desde su punto de vista habría demostrado poder plantar cara a Israel. A esto se uniría la reciente celebración de dos manifestaciones multitudinarias para la conmemoración del 25 aniversario de Hamás (las celebradas en Nablús y Hebrón) y de otras menores (en Ramala, Yenín y Tulkarem), las primeras toleradas por la ANP desde que tuvo lugar el cisma de la Franja de Gaza en junio de 2007, que habrían contribuido también a caldear el ambiente.
Otro factor a tener en cuenta sería la serie de incidentes ocurridos en Cisjordania pocos días después de la guerra de Gaza y que han circulado repetidamente por YouTube. En concreto, el registrado en una manifestación en el pueblo de Kufer Kadum (tercio norte de Cisjordania), en el que una patrulla de soldados se vio obligada a retirarse ante un grupo de jóvenes envalentonados que les lanzaban piedras; otro acaecido en la zona H1 en la ciudad de Hebrón (bajo control de la ANP) en que otra patrulla fue también obligada a marcharse tras intentar, infructuosamente, detener a un agente de policía palestino por la bronca que tuvo el día anterior con un soldado israelí; la subsiguiente detención –en aparente represalia– de dos agentes del servicio de inteligencia de la ANP (Mujabarat) en la localidad vecina de Yatta; y, sobre todo, la muerte el 12 de diciembre del joven Mohammed Salayme, que resultó abatido tras empuñar una pistola de plástico y apuntar hacia la Guardia de Fronteras israelí, lo que a su vez desencadenó varios incidentes más terminado el funeral.
Todo esto condujo a que un grupo de 8 encapuchados, autodenominado “Batallones de la Unidad Nacional” colgara un vídeo en la red llamando a una tercera Intifada, que según la grabación debería “comenzar en Hebrón, de la misma forma que lo hizo la primera en el campo de refugiados de Yabalia”. Para no poner en marcha la revuelta los 8 encapuchados –de los cuales 3 llevan cintas verdes islamistas sobre el pasamontañas y dicen representar a Fatah, Hamás, la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina– exigen condiciones tales como el desmantelamiento de los controles militares (check points), la liberación de todos los presos palestinos en cárceles israelíes y la retirada de Israel a las fronteras previas a 1967.
La ANP sofocaría las protestas
De momento el vídeo en cuestión no deja de ser uno más dentro de toda una serie de amenazas sin consecuencias inmediatas por parte de los nuevos grupúsculos que van apareciendo en las redes sociales palestinas (que a diferencia de la segunda Intifada aparecen desarmados), pero podría servir de inspiración para que surgieran iniciativas similares en otras ciudades y pueblos de Cisjordania y se mancomunaran bajo ese nuevo nomme de guerre.
Aún así todo apunta a que las fuerzas de seguridad palestinas, lejos de colaborar con la revuelta –tal como ocurriera igualmente en la segunda Intifada– se dedicarían a sofocarla, pues en estos momentos la ANP tiene otras prioridades y objetivos. Después de su reciente éxito a la hora de ser reconocida como Estado observador por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas, el interés de su presidente, Mahmoud Abbás, y su primer ministro, Salam Fallad, es claramente el de reducir al mínimo la inestabilidad social y emplear los mecanismos legales que les otorga su nueva condición internacional (entre ellos ingresar y personarse ante la Corte Penal Internacional de La Haya, que es lo que más teme el Gobierno israelí). Pues a fin de cuentas lo que quieren es presentarse como una entidad responsable que sabe dirimir sus conflictos y exponer sus demandas por la vía institucional, que no haciendo uso de la violencia, sea armada o social, para aspirar a ser aceptada lo antes posible como miembro de pleno derecho por parte del Consejo de Seguridad.
Así las cosas, el vaticinio hecho para 2013 por el Centro de Acción Preventiva del Consejo de Relaciones Exteriores no parece muy realista, pues colisiona con los intereses y objetivos a corto plazo de la ANP. Quizás las variables que podrían en cambio hacer plausible este escenario serían dos. Bien la puesta en marcha de una nueva campaña militar contra la Franja de Gaza que conllevara un alto número de muertes civiles (como ocurrió con la Operación Plomo Fundido en 2009, pero no ahora con la de Pilar Defensivo) y que provocara un movimiento masivo de protesta social en Cisjordania; o bien que las tres investigaciones científicas –por parte de los equipos de Suiza, Francia y Rusia– que comenzaron pocos días después de que terminara la guerra y está previsto presenten sus conclusiones en primavera, coincidieran en demostrar que el líder histórico de la causa nacional palestina, Yaser Arafat, hubiera sido asesinado.
En este caso la protesta social podría desbordar las capacidades de las propias fuerzas de seguridad palestinas a la hora de contener las potenciales avalanchas de manifestantes contra los controles militares y los asentamientos israelíes, así como menoscabar la voluntad política de los dirigentes de la ANP para dar las órdenes de represión correspondientes (pues de hacerlo serían percibidos como colaboracionistas). Dicho escenario únicamente se podría plantear en el caso de que la hipótesis del asesinato de Arafat quedara empíricamente demostrada y se descubriera con total certeza que los ejecutores hubieran sido miembros de la inteligencia israelí, cumpliendo órdenes del entonces primer ministro de Israel, Ariel Sharon, algo que no parece probable tras ocho años de absoluto silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario