20 feb 2013

El peligro del espionaje chino.


Las actividades de espionaje tienen una gran tradición en China, desde tiempos remotos. Sun Tzu, antiguo estratega militar chino decía “que la inteligencia es vital para el éxito en el campo de batalla  y un buen espía vale 10.000 soldados”
Ya en los tiempos modernos cabe destacar un caso muy peculiar con amplia difusión mediática debido a las especiales circunstancias que lo rodean:
En los años ochenta, un cantante de opera de Pekín, de nombre Shi Pei Pu, tuvo un apasionado romance con un empleado de la embajada francesa que dio lugar a uno de los casos más raros de espionaje internacional y sirvió de inspiración para la obra Madame Butterfly.
Shi fue condenado 1986 por espionaje en Francia, junto con su amante, Bernard Boursicot, que durante 20 años creyó que era una mujer.
Tradicionalmente, China ha basado sus actividades de espionaje en la Inteligencia Humana (HUMINT), una de las técnicas más antiguas de obtención de información, que consiste en la adquisición de información a través de fuentes humanas.
Es a finales de la Guerra Fría cuando China desarrolla sus actividades de espionaje a gran escala. Uno de sus mayores éxitos consistió en obtener secretos bélicos de los Estados Unidos, convirtiéndose así en una moderna potencia nuclear.
El ejército USA es especialmente vulnerable a los sistemas avanzados de guerra chinos, incluyendo las armas espaciales y los ataques de ordenador. Entre otros recursos, se incluyen diversos “Troyanos” chinos diseñados para hackear las redes de ordenadores.
China tiene al menos siete misiones diplomáticas permanentes en Estados Unidos, provistas con personal de inteligencia, aunque se especula que hay unas 3.500 compañías tapadera chinas que también están metidas en espionaje a favor de la República Popular China.
Al encontrarse las agencias de contraespionaje estadounidenses centradas casi exclusivamente en el terrorismo, el desafío chino está desbordando las capacidades de estos servicios.
Para recoger datos de inteligencia, China usa numerosos espías de bajo nivel para que consigan la información requerida. En ese campo, los recursos de China son impresionantes. Los espías chinos parecen estar en todas partes. Solo en Estados Unidos hay mas de dos millones de chino-americanos y miles de estudiantes extranjeros de China, Hong Kong y Taiwán.
Actualmente, China tiene el tercer sistema de inteligencia más grande del mundo, después de Estados Unidos y Rusia. Los servicios secretos chinos trabajan a través del Ministerio de Seguridad del Estado (MSE) y el Departamento de Inteligencia Especial, controlando muchas organizaciones extranjeras, vigilando especialmente a periodistas y estudiantes.
En el exterior, sus principales herramientas son los estudiantes, trabajadores de tecnología punta e investigadores chinos en el extranjero, por su acceso a tecnología sensible e investigación y desarrollo que Pekín pueda usar con fines civiles o militares.
Tanto los estudiantes, como las decenas de miles de jóvenes chinos que trabajan en el exterior, se organizan en grupos como asociaciones estudiantiles las cuales están todas vinculadas con las embajadas chinas, generalmente a través del departamento de asuntos culturales. China utiliza esta técnica para pasar órdenes a los chinos que residen en otros países y usar a los estudiantes para espiar o para realizar actividades de propaganda.
China ejerce presión sobre quienes residen en el exterior. Estos pueden ser forzados a espiar o a seguir la política de la Embajada china amenazándolos con represalias a los familiares que dejan en China
La intensa actividad que despliegan en Europa los servicios de inteligencia de China está enfocada particularmente en materia tecnológica y económica. Europa podría albergar una amplia red de espionaje chino basado principalmente en establecimientos de enseñanza.
Esta red, compuesta por varias decenas de jóvenes que hacen prácticas en empresas y estudiantes de doctorados científicos en su mayoría, está activa en todo el norte de Europa, especialmente en Bélgica, Francia, Holanda, Gran Bretaña y Alemania.
China ha sido acusada oficialmente por varios países, entre ellos EEUU, Canadá, Alemania, Gran Bretaña y Suecia de llevar a cabo un espionaje masivo contra partes vitales de la economía de los respectivos países.
Sin embargo, la mayoría de los países europeos que tienen tratos con China a pesar de tener constancia de las actividades de los servicio secretos chinos,  prefieren no hacer mucho ruido para no dañar las relaciones comerciales que tienen con China.
China fue acusada recientemente por la empresa norteamericana Google de atacar varias páginas de Gmail de forma premeditada. En consecuencia Google decidió re direccionar el servicio hacia Hong Kong con vistas a evitar las acciones de censura impuestas por el gigante asiático.
Existen serios indicios sobre la existencia de una sofisticada red de Cyber-espionaje, cuyo nombre en mandarín pudiera traducirse como Shadow, que ha logrado penetrar en ordenadores de más de 100 países.
Entre sus objetivos se encontraban las instituciones pertenecientes al gobierno y seguridad nacional de la India, la oficina del Dalai Lama, las Naciones Unidas y la embajada de Pakistán en los Estados Unidos, entre otras.
Estas organizaciones funcionan mediante las redes sociales, blogs y otros sitios de acceso público y masivo.  Según publicaciones recientes,  dieciseis blogs de blog.com, doce deGoogle, nueve de Baidu, ocho de Blogspot, cinco cuentas de correo de Yahoo y tres deTwitter fueron utilizadas por redes de espionaje de origen chino.
La ciberguerra lanzada por los espías informáticos chinos el pasado mes de diciembre, ha afectado seriamente a Microsoft. El ataque de los hackers a los servidores de una treintena de empresas estadounidenses, entre las que se encontraban Google, Adobe y una subcontrata de defensa del Gobierno, ha puesto al descubierto sus debilidades de estos sistemas.
El Ministerio de Seguridad Exterior (MSE) tiene una red de espionaje en laboratorios científicos y universidades en varios países europeos, incluyendo al Reino Unido, Francia, Holanda y Alemania. En Asia, Taiwán arrestó recientemente a diecisiete de sus propios oficiales militares por trabajar para China.
Aunque el terrorismo islámico todavía sigue siendo la amenaza más grande a nivel internacional, el espionaje chino está ganando terreno. Los expertos prevén que China será el problema de contraespionaje más grande durante los próximos 10-15 años.
Y esto es aplicable a los campos de batalla políticos y económicos. Por consiguiente, China está invirtiendo muchísimos recursos en espionaje para poder alcanzar sus aspiraciones geopolíticas.
Ciertamente, no podemos apartar la vista de las amenazas terroristas contra el territorio nacional pero tampoco podemos arriesgarnos a ignorar el creciente peligro del espionaje chino. Ambas son grandes amenazas para la seguridad nacional y merecen recursos importantes y atención para hacerles frente.

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